¡No pueden ocultar el miedo! El Gobierno está atemorizado de que la OEA pueda aplicarle la Carta Democrática, por ello ya comenzó una campaña internacional para asegurar el respaldo de sus aliados en el organismo.
La canciller de Venezuela, Delcy Rodríguez, compareció ayer por iniciativa propia en la Organización de Estados Americanos (OEA) para impedir que el secretario general, Luis Almagro, aplique la Carta Democrática a su país.
Una semana después de que Almagro anunciara que estudia esa posibilidad, Venezuela envió a su canciller a una sesión extraordinaria del Consejo Permanente solicitada para presentar «la verdad» de la situación de la nación y alertar al resto de Estados miembros «de las amenazas» de la secretaría general, reseña EFE citada por El Nacional.
«Queremos denunciar que el secretario general de esta organización, que ni vale la pena nombrarlo porque da igual cómo se llame, sigue jugando un rol de no imparcialidad cuando se trata de Venezuela y ha conjugado la agenda de la secretaría con factores opositores de Venezuela y de las instrucciones que recibe de Estados Unidos», afirmó la canciller.
Con este paso adelante Venezuela logró no solo dejar claro que no aceptará ninguna evaluación internacional sobre la situación del país sino también exhibir músculo político con los férreos apoyos que aún mantiene en el continente.
De los países que intervinieron, solo Estados Unidos fue crítico con Venezuela, mientras que Bolivia, Nicaragua, Antigua y Barbuda, El Salvador y Dominica defendieron una vez más sin ambages al Gobierno de Caracas.
Con esto quedó claro que, por el momento, ningún país, salvo Estados Unidos, está dispuesto a secundar a Almagro en sus críticas abiertas al Gobierno venezolano.
Ni siquiera la Argentina de Mauricio Macri, que generó expectativas de una posición fuerte sobre Venezuela, parece querer enfrentarse abiertamente al Gobierno de Nicolás Maduro.