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4 desafíos extremos que complican la búsqueda del Titán, el sumergible desaparecido cuando iba a los restos del Titanic

La reciente desaparición e inicio de operaciones de rescate del Titán, un pequeño sumergible que desapareció cuando se dirigía hacia los restos del Titanic el pasado domingo 18 de junio, tienen al mundo a la expectativa, especialmente, luego de que el capitán James Frederick, de la Guardia Costera de Estados Unidos, alertó que el martes 20 de junio, a la 1:00 pm, a la nave le quedaban solo 40 horas de oxígeno.

El Universal

En ese sentido, tanto Estados Unidos como Canadá han manifestado estar haciendo todo para dar con el rescate del submarino, el cual es capaz de sumergirse a más de 4.000 metros de profundidad. Sin embargo, los equipos de rescate se han topado con varias dificultades para lograr este objetivo, ya que la misión es «muy compleja».

Vale mencionar que la travesía del Titán formaba parte del tercer viaje anual de OceanGate Expeditions, en el que la mayoría de los tripulantes deben pagar cientos de miles de dólares para llegar hasta la profundidad del lecho marino donde se encuentra el barco hundido. Así lo reseñó Univisión.

A continuación, los principales desafíos con los que se han topado los equipos de rescate:

El sumergible Titán desapareció en una zona remota donde se hundió el Titanic

El primero de los desafíos es la zona en la cual desapareció el Titán, la cual abarca más de 23.300 kilómetros cuadrados, una superficie comparable con El Salvador o el estado de Connecticut. Además, la distancia a la cual se encuentra esta área de la costa es también un reto: a unos 700 kilómetros, específicamente, al sur de St. John’s, en Newfoundland (Canadá).

Del mismo modo, las naves capaces de llevar al CURV-21, el dron submarino más potente de la Marina de EE.UU., solo alcanzan unas 20 millas por hora.

Esto implica que algunas de las herramientas necesarias para realizar la búsqueda y el rescate no llegarán con la velocidad deseada.

Las condiciones del tiempo

Como si lo anterior no fuera suficiente, la visibilidad en la superficie es limitada y está comprometida. Así lo explicó el almirante John Mauger, también de la Guardia Costera de EE.UU. El funcionario detalló que la zona en que desapareció el Titán tiene una intensa niebla, y el oleaje alcanza hasta los dos metros de altura.

En medio intensivas búsquedas superficiales, los equipos especializados se encontraron con que los vientos en la zona son de hasta más de 16 a 32 kilómetros por hora.

La profundidad a la que se sumerge el Titán

Otro importante desafío es la gran profundidad que puede alcanzar el Titán, e hasta 4.000 metros. En ese sentido, considerando que la luz del sol llega hasta los 1.000 metros de profundidad, el personal de rescate depende de equipos especiales para mirar más allá de la oscuridad del mar.

Para ello, se ha utilizado el llamado «Sonar». Este término es un acrónimo de sonido, navegación y rango, y se refiere a una tecnología que envía pulsos de ondas a través del agua. Cuando estos pulsos golpean en objetos, se reflejan en la superficie, y así se puede determinar la distancia a la que se encuentran.

A pesar de que los equipos canadienses han lanzado sonares para percibir cualquier señal del Titán, los expertos advirtieron que la complejidad de la zona exige herramientas más sofisticadas. Por ellos, las autoridades francesas dijeron, este martes 20 de junio, que desviarían un barco de investigación que se encontraba en una misión a 48 horas del sitio donde se realiza la búsqueda para ayudar en los esfuerzos.

El barco cuenta con un robot capaz de sumergirse a la profundidad en la que se encuentra el Titanic, según informó Hervé Berville, subsecretario de asuntos marítimos del gobierno francés.

Un rescate submarino es aún más complicado que uno en la superficie del mar

Según detalla Univisión, en caso de que el Titán haya llegado a la profundidad del océano, las posibilidades de rescate son muy limitadas. Esto se debe a que los rescates submarinos son aún más complicados que los que se realizan en la superficie.

En principio, los buzos capacitados para rescates en el mar solo pueden llegar a unos cuantos pies de profundidad, una diminuta fracción de la distancia requerida para llegar al sumergible. Los equipos que sí tienen la capacidad de alcanzar ese lugar son pocos, caros y difíciles de trasladar.

También es posible que el Titán quede atorado en el lecho marino al intentar salir a la superficie.

Redacción Maduradas con información de Univisión

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