El incremento del costo de la gasolina trajo cambios que no sólo afectarán el simple hecho que los venezolanos deban pagar más, si no de quien administrará este nuevo cambio.
Y es que de ahora en adelante, el Gobierno nacional a través de Petróleos de Venezuela (PDVSA) tendrá el dominio de todas las estaciones de gasolina del país. La información la dio una fuente estatal que participó en un taller con los miembros de la Misión Ribas, así lo detalla una nota publicada en el Diario 2001.
Son justamente los miembros de esta misión (Ribas) junto con los funcionarios de la Milicia Bolivariana quienes serán los encargados de atender las bombas de gasolina.
Como parte de esa estrategia, PDVSA no renovará las concesiones con los regentes privados que actualmente gerencia las estaciones de servicio.
A medida que se vayan venciendo las concesiones, la administración será transferida a la Misión Ribas y la Milicia, explicó el informante.
En Guárico ya ocurrió algo parecido.
Bombas instaladas en Calabozo, Guaribe y San Juan de los Morros, que eran administradas por privados, fueron transferidas a la Misión Ribas tras vencerse la concesión, detalló la fuente gubernamental en conversación con el Diario 2001.
Otra de las informaciones que surgieron en el taller de coordinadores misioneros es que la estatal petrolera venezolana no construirá más casas de la Misión Vivienda.
Esta decisión fue tomada para que PDVSA concentre sus esfuerzos exclusivamente en la explotación del petróleo y gas y sus derivados, dijo el informante que prefirió mantenerse bajo el anonimato.
Desde la creación de la Misión Vivienda ha sido PDVSA la encargada de construir los distintos urbanismos del país, a través de la dirección social que se creó.
Con dividendos petroleros el Gobierno ha construido cientos de complejos urbanísticos en todo el país.
Según expertos petroleros, esto ha ido en detrimento de la industria, pues el Gobierno ha priorizado el área social y ha abandonado los aspectos técnicos del sector.
Razón tal por la que entre expertos petroleros y dirigentes políticos han denunciado que las refinerías, por ejemplo, han decaído en su mantenimiento y que el nivel de producción de petróleo dista del anunciado por PDVSA en sus cifras oficiales.