Rusia bombardeó este domingo una base militar del oeste de Ucrania, cercana a la frontera polaca, causando la muerte de 35 personas, mientras sigue estrechándose el cerco de las fuerzas rusas en torno a la capital del país, Kyiv. El cese al fuego no se ha concretado, mientras que las negociaciones han dado una peligrosa pausa.
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De acuerdo a varios medios, la base militar atacada está situada en Yavoriv, a unos 40 kilómetros al noroeste de Leópolis, destino de miles desplazados ucranianos quienes huyen de los bombardeos, y a unos 20 kilómetros de la frontera con Polonia, país miembro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
«Rusia atacó el Centro internacional para el Mantenimiento de la Paz y la Seguridad. Instructores extranjeros trabajan allí», confirmó el ministro ucraniano de Defensa, Oleksii Reznikov, quien nuevamente ha pedido ayuda.
«Se trata de un nuevo ataque terrorista contra la paz y la seguridad cerca de la frontera UE-OTAN. Hay que actuar para detener esto. ¡Cierren el cielo!», añadió el funcionario, reiterando los llamados de Ucrania para que se cree una zona de exclusión, en una declaración citada en el portal web de Radio Francia Internacional (RFI).
LEJOS EL CESE AL FUEGO
La próxima ronda de negociaciones entre Rusia y Ucrania se llevará a cabo cuando se definan los «formatos legales» que sean aceptados por las dos partes, explicó este domingo 13 de marzo, Mikhailo Podolyak, asesor del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, quien insiste en un cese al fuego en «breve.
«Tan pronto como se fijen los formatos legales mutuamente aceptables, se programará una reunión que será la cuarta ronda de negociaciones», señaló el político en una entrevista con el diario ruso Kommersant, citada por medios internacionales.
«Ahora la parte rusa en las negociaciones ha comenzado a hablar de algo, no solo a lanzar ultimátums (…) Creo que este es un enfoque fundamentalmente diferente. Y así es como debería ser», expresó por su parte este sábado Zelenski, quien en una rueda de prensa ha hecho hincapié en que el fin de la guerra «debe comenzar con un alto al fuego».
«Esto permitirá desbloquear procesos humanitarios: deportación de personas, así como la entrega de alimentos, agua y medicinas (…) Sería una señal humana, diplomática, que siempre inicia el fin de la guerra», sostuvo el mandatario, aunque su petición en la última ronda de conversaciones no fue exitosa en ese sentido.
ÚLTIMO ENCUENTRO
Ucrania y Rusia no han logrado este jueves 10 de marzo avances sobre la apertura de un corredor humanitario para evacuar la ciudad de Mariúpol, sitiada por las tropas rusas, ni para lograr un alto el fuego, anunció el ministro de Exteriores ucraniano, Dmitro Kuleba, tras una reunión en Turquía con su homólogo ruso, Serguei Lavrov.
«He venido con un objetivo humanitario. Abrir un corredor humanitario para la gente que quiere salir de Mariúpol. Desafortunadamente, el ministro Lavrov no estaba en posición de comprometerse», dijo Kuleba a los medios internacionales tras el encuentro.
«El lugar más crítico es ahora Mariúpol, bombardeada desde el aire y con artillería. Vine aquí para conseguir un pasillo humanitario que permita a los civiles que lo deseen huir de la ciudad y para llevar ayuda», dijo Kuleba. «También hablamos de un alto el fuego de 24 horas para resolver los asuntos humanitarios más urgentes. No hemos hecho progresos, porque al parecer en Rusia hay otras personas que deciden eso», sostuvo.
Por otra parte, al menos 2,3 millones sería la cifra de refugiados ucranianos como consecuencia de la invasión, de acuerdo a los datos suministrados este jueves por el Alto Comisionado de la Organización de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).
Redacción Maduradas con información de Europa Press y RFI
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