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¡ADMIRABLE! La historia de los médicos venezolanos que salvan vidas en la frontera con Colombia

La confrontación entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el Ejército Popular de Liberación (EPL), que comenzó en 2018 y que continúa dejando muertos, no solo ha desolado caseríos y escuelas del Catatumbo, subregión del departamento del Norte de Santander, sino que también ha afectado a las instituciones de salud de Tibú, cuyo personal ha decidido en reiteradas oportunidades salir del territorio para huir de la violencia.

Laopinion.com

Sin embargo, esos puestos públicos, cuyo salario varía entre $6’700.000 y $7’200.000, se han vuelto atractivos para los profesionales venezolanos, que emigran al vecino país en busca de mejorar su calidad de vida.

Este es el caso de los nueve médicos venezolanos que sin importar el clima de hostilidad y el riesgo de laborar en medio del fuego cruzado, representan la mitad del equipo asistencial del Hospital Regional Norte de Tibú, conformado por 18 doctores.

Desde hace un año y medio, la inseguridad se ha ensañado contra 14 instituciones prestadores de salud (IPS) en cinco municipios de Norte de Santander, que se encuentran adscritas a esta Empresa Social del Estado (ESE). No obstante, los hechos violentos más graves se han reunido en suelo tibuyano.

En el transcurso de este 2019, la entidad ha registrado 25 infracciones contra los médicos, superando las 15 agresiones reportadas el pasado año.

Estas acciones armadas han proliferado el temor entre los profesionales de la salud, que han preferido colgar su bata y huir de esa subregión.

“Lamentablemente se presentan estas situaciones en el Catatumbo y obligan a la renuncia de algunos médicos. Los grupos al margen de la ley han impulsado la salida de estos trabajadores”, precisó Juan Bitar, director del Instituto Departamental de Salud (IDS).

Pero la diáspora de estos galenos se viene arreglando con la migración de ciudadanos de nacionalidad venezolana.

“Pasaba hojas de vida a cualquier parte y me quedaba despierta hasta la madrugada (…) Días después me llamaron del hospital de Tibú y me alegré porque necesitaban personal urgente. De una me animé y le conté a mi familia. Ellos me preguntaron que si estaba loca y que si me iba, me devolvían como carne molida”, recordó entre risas la colombovenezolana Gabriela Marcucci, nacida hace 39 años en Caracas, es el retrato del nuevo personal.

Gabriela Marcucci se estableció en Tibú en julio de 2018. Para esa mes, el combate entre el ElN y Los Pelusos estaba en apogeo y el desplazamiento interno se intensificaba.

El escenario de violencia ocasionó una ola de heridos, por arma de fuego y explosiones, que llenaban a diario las camillas del hospital. “Yo había atendido en Caracas heridas por bala, pero nunca había visto tantos pacientes afectados por explosiones. Esto no me lo esperaba, pero me fui adaptando”, expresó la doctora colombovenezolana.

Junto a sus otros ocho compatriotas, especializados en traumatología, ginecobstetricia y medicina interna, atendía a estos pacientes, mientras se capacitaba en temas administrativos.

La gerente del hospital de Tibú, Maribel Trujillo, resaltó que los médicos venezolanos están formados con altos estándares y refuerzan la prestación del servicio médico. “Aunque estos profesionales solo atienden medicina general, su conocimiento hace que el tratamiento sea casi igual al de los galenos locales”, señaló.

Redacción Maduradas con información de La Opinión.

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