El pasado 26 de octubre, a través de redes sociales, se viralizó la fotografía de una joven venezolana que, luego de su acto de graduación, se subió a una unidad de transporte público para volver a su casa en la jurisdicción de San Francisco en Maracaibo (estado Zulia).
Punto de Corte
En la referida imagen, la muchacha, identificada como Kanyelin Bracho, se encuentra sentada justo al lado del conductor, al no haber más asientos disponibles en el autobús. En conversación exclusiva con Punto de Corte, la muchacha comentó que le había cedido el único lugar disponible a su mamá, quien la había acompañado a su acto de graduación en el Teatro Baralt.
La joven llevaba consigo su medalla y su título recién recibido, justo cuando un usuario del autobús le tomó la fotografía.
Punto de Corte
La muchacha también comentó que obtuvo el grado de Técnico Superior (TSU) en Enfermería en la Universidad de Zulia (LUZ) y que decidió usar el autobús porque se habría movilizado de ida en taxi y ya no contaba con recursos para retornar a su vivienda de la misma manera.
«Nunca me imaginé que algo así me pasaría a mí. Yo simplemente caminé con los tacones desde el Teatro Baralt hasta Las Playitas para agarrar el bus a mi casa, porque tenía como ir en taxi pero no tenía cómo devolverme (…). Le di el puesto a mi mamá porque era más cómodo para ella. Mi mente estaba feliz por el título, ni me percaté quién me tomaba la foto. Estaba muy orgullosa, porque solamente mi mamá y yo sabemos con qué sacrificio me gradué», expuso Bracho.
Así mismo, manifestó que su título lo dedica a su madre y a su hijo, y reconoció que, aunque en varios momentos quiso abandonar, al final continuaba, apoyada por su progenitora.
«Había momentos en los que le decía a mamá que dejaría la carrera para ayudarla a trabajar, y aunque ella me entendía, me decía que era mejor que continuara porque cada vez me faltaba poco (…). A veces tenía para el transporte y a veces no. Fue duro, pero Dios me bendijo«, aseguró.
Sobre el impacto de su fotografía en las redes, comentó que se enteró por amistades y que tuvo que abrir cuentas en otras redes sociales, ya que solo contaba con Facebook, para poder verse.
Al principio, aseveró, se sintió «temerosa», pero luego «lloraba de felicidad»: «Lloraba de felicidad al saber la gran mayoría de comentarios positivos para mí (…). Ojalá que todos agarraran mi ejemplo, que aunque es común montarse en un autobús, el verdadero mensaje está detrás de la foto«.
Redacción Maduradas con información de Punto de Corte
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