Descarga las aplicaciones para Android o iOS (iPhone/iPad). Únete al canal de Telegram.

¡AH, OK! Robó y asesinó cuando era miembro de una peligrosa banda delictiva en Venezuela y ahora es embajador de una importante empresa

Anther Herrera, de 29 años, nació y creció en El Consejo, estado Aragua, asegura haber vivido una infancia alegre en el seno de una familia humilde y unida.

BBC.

Sin embargo, pronto comenzaron los disgustos, cuando tenía 12 años asesinaron a uno de sus primos que pertenecía a una banda y poco después él cayó en la delincuencia al igual que la mayoría de sus amigos.

«Tenía 15 años y ya cometía fechorías en una banda. Justo en esa época, uno de mis amigos, que era como un hermano, murió a manos de las autoridades. Fue algo que me marcó y me dolió mucho… En el barrio éramos unos 20 adolescentes. El mayor de nosotros tenía apenas 17 años y comenzamos a robar, extorsionar y secuestrar a personas«, explicó en una entrevista ofrecida a BBC Mundo.

Anther era arte de la banda 11, operaban principalmente en la Autopista Regional del Centro (ARC) la vía más transitada del país que conecta a Caracas con Maracay y Valencia.

Reconoce que en ese momento sentía su vida delictiva como «algo normal», aunque también recuerda que estaba asustado y nervioso, pero «después de robar un carro, una moto, se te quitan los nervios».

Considera que la vida de un delincuente gira en torno a pocas prioridades como tener dinero, vestirse bien o salir de fiesta.

Al paso de los años los miembros de la banda 11 fueron muriendo, aunque Anther seguía trabajando solo; pero luego comenzó a formar parte de otra banda y reconoce que incluso tuvo que cometer asesinatos.

«Lo reconozco y me arrepiento. Hoy lucho por un futuro mejor y para que otros adolescentes o jóvenes no caigan en el camino en el que yo caí», señaló.

Del mismo modo explicó qué lo hizo tener que cobrar la vida de alguna persona.

«Normalmente eran bandas enemigas. Había problemas y tú sabías que tenías que ‘matar esa culebra’ (resolver ese problema) porque si no eras tú el que iba a morir», indicó al agregar que para ese momento él y sus compañeros creían que estaban haciendo lo correcto.

Luego de cerca de una década en la delincuencia, este joven tuvo la oportunidad de cambiar su vida gracias a un proyecto de reintegración social bastante inusual, el programa Alcatraz que fue lanzado en 2003 por Ron Santa Teresa, un fabricante de ron venezolano que se ha convertido en empresa modelo en el país.

Este programa nació luego de que una pandilla ingresara a las instalaciones de esta empresa para robar el armamento del personal de seguridad con el objetivo de tener las herramientas para enfrentarse a una banda criminal enemiga. En ese momento engañaron a un agente, lo golpearon y le quitaron el armamento, explicó el gerente del proyecto Alcatraz, Gabriel Álvarez.

Cuando el presidente de la empresa, Alberto Vollmer, se enteró de lo sucedido ordenó buscar a los jóvenes que hicieron el robo, pues no podían convertirse en una hacienda vulnerable y dar la impresión de que ese tipo de hechos podían seguir sucediendo.

La policía había atrapado a uno de los atacantes y estaban a punto de ejecutarlo, pero Vollmer se enteró y pidió a las autoridades llevar al pandillero hasta la hacienda donde le dio al joven dos opciones para pagar el delito: regresar con la policía o trabajar con la empresa durante dos meses sin nada a cambio.

El delincuente, apodado Cara de León, aceptó el trabajo y los dos jóvenes que lo acompañaron en el asalto se involucraron, también pidieron darle trabajo a otro par de pandilleros.

«La mañana de un lunes vamos a la entrada de la hacienda y están los 22 miembros de la banda esperando en la puerta y pidiendo formar parte de un proyecto que en aquel momento no existía, pero que creamos después», recordó Álvarez.

Estos jóvenes querían reinsertarse a la sociedad, pero también tenían miedo de salir a la calle y que las bandas enemigas los asesinaran, todos fueron reclutados.

El programa Alcatraz gira en torno a cuatro pilares: educación en valores, secciones psicológicas, el rugby como deporte y la justicia restaurativa (tratar de reparar algún daño hecho anteriormente).

De esta forma, la iniciativa hizo que los índices de la delincuencia disminuyeran localmente, pues en El Consejo pasó de 100 homicidios por cada 100.000 habitantes a 12 en solo 10 años de iniciado el proyecto.

Hasta el momento han pasado más de 250 jóvenes por el proyecto y cerca del 70% no regresó a la delincuencia.

El proyecto Alcatraz quiere que su metodología se convierta en una política pública en el país y en el mundo.

Anther admite que sus inicios en el programa no fueron fáciles, reconoció que es difícil salir de la delincuencia y que sus compañeros piensen que no es leal o que está en su contra; pero en julio de 2018 el proyecto contactó por teléfono al líder de la banda 11 y les explicaron sobre el programa, negociaron durante dos años hasta que los 15 pandilleros aceptaron sumarse, todos abandonaron su vida criminal.

La banda 11 fue una prueba para el proyecto, pues ellos habían asesinado a un ex miembro del programa Alcatraz. El 5 de octubre de 2020 Anther y sus compañeros comenzaron el programa.

Estuvieron aislados durante tres meses con psicólogos y aprendiendo oficios, los valores del rugby y a cumplir responsabilidades.

«Yo ni sabía que era el rugby… Pero le agarré mucho amor. No se trata simplemente de un juego de contacto, de agredir al equipo contrario, sino que sirve como un método para reforzar valores como el respeto, la humildad, la hermandad y aprender a disculparse», explicó Anther.

Recordó que en el programa se les exigía puntualidad y recibían sanciones si llegaban tarde a una clase.

Ahora, Anther es embajador de la marca de ron 1796 y con su historia busca inspirar la importancia del cambio y las segundas oportunidades.

«Tuve un cambio radical y hoy tengo un estilo de vida diferente. Me siento muy orgulloso«, resaltó.

Anther y los demás exmiembros de la banda 11 ahora son socios de la Distribuidora Unión 11 que distribuye productos de consumo masivo en tres regiones del país, su sede es una casa que utilizaban como pandilla para planear y cometer crímenes, pero ahora es su sede de emprendimiento.

Anther también asegura que tiene un «trabajo de vida» y es ayudar a que otras personas no caigan en la delincuencia.

«Siempre lo voy a hacer. Siempre estoy hablando con mis sobrinos y otros jóvenes. Sé que esa parte de la adolescencia es difícil y siempre les doy mi mensaje sobre hacer las cosas correctas… Les hablo de la importancia de dar segundas oportunidades, enfatizo en valores como el respeto, la transparencia, la responsabilidad, la humildad y la disciplina», reveló.

Redacción Maduradas con información de BBC.

Lea también:

¡QUÉ MAL! “Yo me volví adicta a laxantes”: Migbelis Castellanos reveló que estuvo al borde de la muerte en su obsesión por perder peso (+Video)

Top