«Estamos llenos de grupos irregulares», alertó este jueves 20 de enero el obispo de la Diócesis de San Cristóbal (Táchira), monseñor Mario Moronta, en alusión a la presencia de miembros del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), terroristas con presencia en el estado Apure, donde sostienen un prolongado conflicto que también aterroriza a las comunidades del departamento colombiano de Arauca.
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«La violencia no conduce a nada. Yo le hago un llamado a los grupos violentos que, si es necesario hacer mesas de diálogos, la hagamos, pero que respeten la dignidad, la pacificidad, la vida y la convivencia sana de nuestro pueblo. En el nombre de Dios les pido que depongan las armas», exhortó el obispo, según declaraciones suyas citadas en el portal de noticias venezolano La Patilla.
«Que Caracas y Bogotá no se quieran poner de acuerdo, que nos permitan a nosotros aquí en la frontera ponernos de acuerdo para poder vivir con dignidad, la integración, la unidad que nos distingue entre Táchira y Norte de Santander, Colombia», agregó.
En días recientes el presidente de Colombia, Iván Duque, aseguró que miembros de las FARC son amparados por el régimen chavista.
La acusación fue rechazada por el ministro de Defensa chavista, Vladimir Padrino López, quien afirmó que se trata de una maniobra más del Ejecutivo del vecino país, para liberarse de responsabilidades con miras a las próximas elecciones presidenciales.
Lo cierto, es que la cuenta de muertos por los enfrentamientos entre ambas agrupaciones guerrilleras en Arauca, a principio de año, asciende a las 30 víctimas.
Redacción Maduradas con información de La Patilla
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