Esposado a una camilla del Hospital del Seguro Social Pastor Oropeza y moribundo encontraron a Kiwza Joheel Novoa Armenta (37) antes de que falleciera por el coctel de medicamentos que ingirió en la cárcel de Uribana, Lara. Este es el preso número 44 que muere tras el conflicto que explotó carcelario que estalló el pasado 24 de noviembre. El recluso es zuliano y tenía seis meses en Lara. Estaba procesado por robo agravado, publica Diario La Verdad.
El preso tenía muerte cerebral y complicación por “envenenamiento”, según contó su hermana, Yoksy, al diario La Prensa de Lara. Además la víctima presentaba quemaduras. “Lo que decía el informe era envenenamiento. Mi hermano tenía el abdomen pies, manos y orejas quemados”, describió la muchacha.
Yoksy llegó el primero de diciembre a Barquisimeto, desde Maracaibo. Visitó la morgue como primer destino. “Vi 30 cadáveres y ninguno era Kiwza. Me alivié por un momento”. También lo buscó en la emergencia del Hospital Central de Barquisimeto, pero no estaba. Un médico le preguntó las características del hombre. Ella le respondió que tenía dos tatuajes: una estrella de David en la nuca y una calavera con sombrero en el tobillo derecho. “Ya sé dónde lo vi, en el Pastor Oropeza”, dijo el doctor.
Cuando la chica llegó al hospital los militares fueron “groseros” y le dijeron que allí no había reos sin reconocer. Entonces regresó a Uribana. De martes a jueves durmió en la tierra, viendo cómo sacaban las listas sin que el nombre de su hermano apareciera. El jueves, Yoksy volvió al “Seguro”. Un custodio la dejó entrar. Al final del pasillo había un reo sin nombre. Ella se desesperó al ver a su hermano, quien falleció cuatro horas después, esposado a la camilla.