Este jueves 15 de agosto, Celso Amorim, el asesor para asuntos internacionales del Gobierno brasileño, expresó que el presidente Luiz Inácio Lula da Silva está impacientado por «la demora en las actas» del proceso electoral en Venezuela.
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Ante la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, Amorim destacó la preocupación e insistencia de Brasil en la publicación de las actas, que considera que es responsabilidad del Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela, a pesar de que los comicios se llevaron a cabo el 28 de julio pasado.
Durante la declaración de Amorim ante los senadores, Lula afirmó en una entrevista que, hasta el momento, no se tiene conocimiento de la victoria en los comicios debido a que las actas no se han divulgado y no se ha logrado verificar el resultado de manera independiente.
Agregó que Nicolás Maduro, quien fue declarado ganador por el CNE a pesar de las acusaciones de fraude de la oposición, «está obligado a dar explicaciones a todos» y que todavía tiene «seis meses de mandato».
Lula señaló que si Maduro posee la capacidad de llevar a cabo nuevas elecciones, podría establecer un comité electoral compuesto por miembros de la oposición y observadores internacionales.
Amorim aclaró que había escuchado sobre la posibilidad de elecciones nuevas en conversaciones con personas de «otros países» y que no es una propuesta específica, ya que es algo que los propios venezolanos deberían resolver.
No obstante, en un momento fue enérgico. «Si no se publican las actas, no podemos reconocer a ningún Gobierno«, afirmó, aunque admitió que Brasil no puede establecer una fecha límite para su publicación. Además, aclaró que se está llegando a un momento en el que se requiere una evolución real.
El asesor de Lula respaldó el esfuerzo de mediación del presidente brasileño junto con los presidentes de Colombia, Gustavo Petro, y México, Manuel Andrés López Obrador, aunque reconoció que este último ha disminuido su distancia.
Se comparó el «retraimiento» de López Obrador con la transición que se está llevando a cabo en México antes de la investidura de Claudia Sheinbaum, quien tomará posesión de la Presidencia el 1 de octubre.
Amorim enfatizó que varios países han respaldado la mediación de esos tres países, mencionando a Estados Unidos, España, Francia, Canadá y El Vaticano.
No obstante, reconoció la complejidad de la gestión, especialmente en el contexto de la «división política» presente en Venezuela.
«Tenemos un presidente que dice que ganó, pero no muestra las actas, y tenemos una oposición que dice que ganó y muestras unas actas», resumió el diplomático, quien consideró que de esa manera ningún Gobierno extranjero tiene cómo reconocer un resultado, pues no ha habido una auditoría independiente.
De acuerdo con Amorim, Brasil, México y Colombia buscan fomentar el diálogo y, por lo tanto, mantienen relaciones directas con el Gobierno y la oposición en Venezuela.
«El objetivo principal es intentar mantener la paz, porque es una situación muy peligrosa», apuntó, para calificar la ola de represión desatada por el Gobierno venezolano como una suerte de “amenaza” que Brasil “condena” y refuerza aún más la necesidad de propiciar una «salida pacífica».
Redacción Maduradas con información de EFE
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