En una entrevista concedida a New York Times, dieciséis integrantes de las misiones médicas cubanas a Venezuela describieron el sistema de «manipulación política deliberada» en el que sus servicios se usaron para afianzar los votos del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), a menudo a través de la coerción.
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Foto: El Nuevo Herald
Los médicos cubanos comentaron que les ordenaban ir puerta por puerta en barrios pobres para ofrecer medicinas y advertir a los residentes que se les cortaría el acceso a los servicios médicos si no votaban por Nicolás Maduro o por sus candidatos.
En el revelador reportaje, los médicos apuntaron que se usaban muchas tácticas de intimidación, que llegaban a extremos como denegar tratamiento a los simpatizantes de la oposición que tenían enfermedades mortales.
Otros contaron que sus superiores les instruyeron a hacer las mismas amenazas en consultas a puerta cerrada con pacientes que buscaban tratamiento para enfermedades crónicas.
Carlos Ramírez, dentista cubano, fue uno de los que contó su testimonio. Aseguró que cada fin de semana, les encargaban a él y a otros trabajadores médicos repartir medicamentos y reclutar votantes para el PSUV.
“Llegabas con vitaminas, sobre todo, y algunas pastillas para la presión arterial. Y ya que uno empezaba a congeniar se les preguntaba:‘¿Sabe dónde está su colegio electoral? ¿Va a ir a votar?’”.
Los dieciséis integrantes del personal médico que fueron entrevistados confirmaron las visitas casa a casa que mezclaban política y salud.
La táctica se repitió en las elecciones de 2013 y 2015. Uno de los médicos asegura que cuando las elecciones de la Asamblea, les giraron peculiares instrucciones:
“Porque la oposición tenía todas las posibilidades de ganar, a nosotros se nos dio la tarea de salir a comprar votos”, explicó Raúl Manuel, médico cubano que ahora está en Brasil. “¿Comprar votos en qué sentido? Salir casa a casa con medicamentos”.
Este profesional de la salud reveló también que, en ocasiones, funcionarios de los ministerios de Deportes y de Cultura se hacían pasar como doctores en las visitas casa a casa.
“Nosotros, que éramos los médicos, debíamos prestarles las batas extra a esas personas”, recordó Manuel.
Redacción Maduradas con información de The New York Times
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