El magistrado español Baltasar Garzón espera que el colombiano Alex Saab, acusado de ser testaferro de Nicolás Maduro, y detenido en Cabo Verde a petición de Washington, no sea extraditado a Estados Unidos, ya que “no hay una causa que lo justifique” pues se trata de una “persecución política”.
“Esperemos que no (sea extraditado), porque no hay una causa que lo justifique, claramente es una persecución política. Está siendo utilizado como instrumento para llegar a otra finalidad y a otras personas y eso no es justo en un proceso de extradición”, señaló en una entrevista con EFE el letrado encargado de la defensa internacional de Saab, acusado por delitos de blanqueo de dinero.
Según Garzón, su representado era, en el momento de su detención, «enviado especial» del régimen de Venezuela “en una misión humanitaria”, por lo que se encontraba en situación de inviolabilidad e inmunidad, amparado por el derecho internacional que protege las relaciones diplomáticas.
“Es inviolable e inmune y por tanto no debería haber sido jamás detenido porque la desviación que se hizo a Cabo Verde del vuelo que lo llevaba fue por razones técnicas y porque dos países antes no dejaron que entrara a repostar”, señaló.
Además, precisó que no se cumplió con el protocolo habitual en caso de irregularidades, que consiste en la deportación o prohibición de entrada al país, pero nunca la detención, como finalmente ocurrió.
“Lo que no puede ser es que usted entre a repostar, luego le detenemos y a partir de ahí se genera la petición hasta el punto de que ni existía la orden de detención”, agregó.
Saab fue arrestado en respuesta a una petición de EEUU cursada a través de una alerta roja de la Interpol que, según la defensa, carecía de validez debido a que el nombre del colombiano había sido eliminado de la lista de las difusiones de la organización policial internacional.
Pruebas nulas
Aunque Garzón confió que su cliente no será extraditado, explicó que, llegado el caso, “se plantearía en la defensa que todas las pruebas obtenidas hasta la fecha son nulas”.
“Han sido obtenidas sin participación de la defensa, con testimonios penales e interesados. No sabemos qué garantía han tenido, ni qué modo y manera. Lo que sí podemos decir es que si el método es el mismo que están utilizando en el proceso de extradición, no creo que haya un tribunal norteamericano que diera una condena a Alex Saab”, explicó.
Pero, en su opinión, “el problema es lo que ocurra en el interín”, ya que «el único objetivo es buscar información para utilizarla frente a terceros» en perjuicio del acusado, algo que -considera- es una opción a contemplar.
Ante un proceso que Garzón considera cargado de irregularidades y pruebas nulas, la defensa recurrió a diversos organismos de derechos humanos para que intervengan e intercedan por Saab y por su derecho a recibir un trato justo.
Saab, «víctima» de confrontación entre países
Para el letrado, el proceso contra Saab, desde su detención hasta la actualidad, se forjó como un ataque y un sistema de presión de EE.UU. contra Venezuela y el Ejecutivo de Nicolás Maduro, quien defiende que el colombiano es un “agente” de su Gobierno con rango de funcionario con inmunidad diplomática.
“Creemos que es una persecución claramente desde EE.UU. en una confrontación contra el sistema político de Venezuela y, por tanto, uno podrá estar de acuerdo o no, pero lo que no se puede es utilizar a una persona sin una consistencia de cargos para detenerlo y hacer una presión contra el líder de ese país”, explicó Garzón.
Sin embargo, pese a las presiones por parte del Gobierno norteamericano a Venezuela y su intención de que Saab declare contra Maduro en los tribunales estadounidenses, el letrado descartó esa opción.
“Alex Saab es una persona que está absolutamente firme. Nos ha transmitido que bajo ningún concepto piensa hacer esa colaboración porque es un enviado especial de Venezuela y a eso se acoge”, aseguró.
EFE
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