Una gran victoria para la fracturada oposición venezolana en un bastión del gobernante Partido Socialista el domingo le ha dado nuevas esperanzas de que los triunfos electorales están a su alcance si logra unir y movilizar a los votantes.
Reuters
Sergio Garrido, un líder de la oposición, obtuvo una victoria sorpresiva en una repetición de las elecciones para gobernador en el estado de Barinas, el lugar de nacimiento del exlíder socialista de Venezuela Hugo Chávez, con una sólida participación del 55%, derrotando al exvicepresidente y canciller Jorge Arreaza, quien logró un lejano 41,2%.
El número total de votantes registrados en Barinas, un estado con alrededor de un millón de habitantes, aumentó a 311.595 el domingo desde 278.666 en noviembre, un repunte atribuido principalmente a la organización de base de la oposición.
La votación marca la primera vez que el gobernante Partido Socialista de Venezuela cede el poder a un candidato de la oposición en Barinas y es una señal de erosión en su apoyo y creciente abstención entre su electorado habitual, dijeron analistas.
La victoria de la oposición ganó elogios de Estados Unidos, que ha tenido problemas para obtener mucha tracción contra el presidente Nicolás Maduro desde que declaró que su reelección de 2018 fue fraudulenta.
“Las descalificaciones de los candidatos de la oposición, la censura de los medios, la intimidación de los votantes y otras tácticas autoritarias no podrían subvertir la voluntad de los votantes venezolanos”, tuiteó Brian Nichols, subsecretario del Departamento de Estado de EE. UU. para Asuntos del Hemisferio Occidental.
Si bien el resultado deja al oficialismo con el control de la mayoría de las gobernaciones, representa una victoria simbólica para la oposición, que ahora controla cuatro de las 23 gobernaciones del país, la misma cantidad que en 2017.
Para tener alguna posibilidad de replicar más ampliamente la victoria del domingo, la oposición debe reenfocarse en ganar el poder en las urnas después de años de boicots, unificar su liderazgo en todo el país y prepararse para las próximas elecciones presidenciales en 2024, vistas como una salida a El largo estancamiento político de Venezuela, dijeron analistas.
“Cuando una región está molesta, encuentra la manera de canalizar ese malestar”, dijo Jhon Magdaleno, politólogo y director de la consultora local Polity. «Barinas fue un ejemplo de reconstrucción (por parte de la oposición). Garrido terminó siendo respaldado por múltiples partidos políticos».
DESILUSIÓN
Muchos venezolanos se han desilusionado con la política en medio de una larga recesión económica e hiperinflación en el país, miembro de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). Al menos cinco millones de ciudadanos han emigrado a causa de la crisis.
La estrategia de la oposición ha experimentado altibajos en los últimos años. Se negó a participar en las elecciones presidenciales de Venezuela de 2018 y parlamentarias de 2020, argumentando que una votación justa era imposible debido a la interferencia de Maduro.
Pero en 2021, después de que las sanciones de Estados Unidos no lograron ningún avance para asegurar la destitución de Maduro, los partidos de oposición optaron por tirar los dados en las urnas.
Después de una débil actuación en las elecciones regionales de noviembre en las que los gobernantes socialistas ganaron 19 de los 23 estados en juego, la oposición dijo que apuntaría a la reconstrucción, y su líder Juan Guaidó dijo el lunes que priorizaría la unidad.
“Tenemos que hacer lo que hemos hecho bien en el pasado: organizarnos, movilizarnos y enviar mensajes claros a los ciudadanos”, dijo Guaidó a periodistas en Caracas.
La votación de Barinas se repitió por órdenes de la Corte Suprema luego de que descalificara al candidato inicial de la oposición tras una orden del Contralor General del país que decía que estaba bajo investigación y que estaba inhabilitado para postularse.
“Esta situación debe servir para enfrentar el desafío que se avecina: reunificar y fortalecer la alternativa democrática”, dijo Guaidó, y agregó que la oposición buscaría llegar a un consenso sobre si buscar un voto revocatorio contra Maduro.
Hablando después de su juramentación como gobernador, Garrido dijo que los venezolanos se habían dado cuenta de que si Barinas había logrado expulsar a los socialistas: «¿Por qué el resto de la gente de Venezuela no podría?»
La pérdida de la gubernatura también es una señal de tensiones internas en el oficialismo y genera dudas sobre el desempeño de los líderes regionales vinculados al partido, dijeron analistas.
“Hay áreas que el ‘chavismo’ ha ido perdiendo y el partido lo sabe, por eso desde 2015 aplica la estrategia de mantenerse en el poder en minoría”, dijo Félix Seijas, director de la consultora Delphos.
Redacción Maduradas con información de Reuters
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