Incómodas diferencias que comenzaron a surgir fueron el detonante para que la presidencia interina de Venezuela decidiera cancelar las conversaciones que mantenía con Jordan Goudreau, el militar retirado estadounidense propietario de la empresa Silvercorp USA, que proporcionaría centenas de hombres para ejecutar la captura de Nicolás Maduro.
El 8 de noviembre del año pasado, en una reunión en el apartamento de Rendón, en donde había otras seis personas, surgió una discusión que estuvo a punto de alcanzar altos niveles de violencia.
«Jordan llegó al apartamento muy molesto, reclamándoles por supuestamente haber incumplido el acuerdo. Exigía el pago de inmediato o mandaría todo a la mierda«, aseguró a PanAm Post uno de los testigos de lo sucedido.
La exigencia de Rondón de una disculpa de parte de Goudreau tornó más complicada la situación.
Según el informante, el militar retirado hizo alarde de supuestas conexiones que tenía con el chavismo: mencionó a Rafael Ramírez, expresidente de Petróleos de Venezuela, y a Raúl Gorrín, dueño del canal privado Globovisión acusado en Estados Unidos de participar en un entramado de lavado de más de 1.200 millones de dólares.
«Yo me alío con ellos si es necesario. El que paga manda«, amenazó Goudreau de acuerdo con las declaraciones de otras dos fuentes.
Sin embargo, el estratega político le dejó en claro que no recibiría dinero proveniente del chavismo.
«Goudreau había quedado casi que en banca rota con esta operación. Necesitaba la plata. Además, tenía a los hombres en Colombia, en los campamentos, que la estaban pasando realmente mal», aseguró una de las fuentes.
Para evitar que se fueran a los puños, intercedieron las personas que estaban presentes en esa reunión, como Rodney Pacheco y el capitán Javier Nieto Quintero, y trataron de calmar al estadounidense.
Finalmente, Rendón botó a Goudreau de su apartamento y desde ese entonces no habían tenido otro contacto con él.
Redacción Maduradas con información de PanAm Post
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