Se estima que si alguien ha superado el coronavirus, tiene algún grado de inmunidad; pero, no se sabe si se trata de una protección completa, duradera o si se puede re infectar en el futuro.
Sin embargo, la inmunidad es la palabra clave en las conversaciones para reabrir las economías y retomar la vida en sociedad, reseña Infobae.
De acuerdo con Wired: “Puede que existan muchas preguntas sin respuesta sobre cómo nuestros cuerpos combaten la infección del SARS-CoV-2, pero una cuestión más general queda clara: la inmunidad adaptativa no es on/off. En lugar de tratarla como tal, deberíamos aprender a pensar en términos de un continuo de inmunidad”.
Según lo explicado, la inmunidad tiene dos extremos, en uno está la esterilizadora que refiere a que la exposición a un patógeno induzca una protección de por vida; mientras que al otro extremo está la falta completa de inmunidad, donde un historial de enfermedades previas no parece tener importancia o, peor aún, puede empeorar las condiciones, explicó el especialista en ciencia de la publicación Christie Aschwaden.
Pero, los expertos consideran que el COVID-19 no está en ninguno de esos extremos, sino que se mantiene en un gris.
“Las personas expuestas no quedan esterilizadas contra el regreso de la enfermedad ni totalmente indefensas. En cambio, entran en un estado que se podría considerar de ‘algo de inmunidad’, un nivel intermedio de protección que disminuye con el tiempo”, explicó Wired.
Otro aspecto desconocido es donde se ubica el COVID-19 en ese «algo de inmunidad» que desarrolla la persona que ya lo padeció.
“Ni siquiera sabemos qué tipos de anticuerpos son más críticos para impedir que este coronavirus infecte las células. Sin esa información, será muy difícil diseñar análisis de sangre que muestren estimaciones razonables de la fuerza de la inmunidad de alguien, en el sentido de hasta qué punto es probable que se infecten o cuán severos podrían ser sus síntomas”.
Redacción Maduradas con información de Infobae