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¡ATROZ! El desgarrador testimonio de la mujer que bañaron con gasolina y le prendieron fuego: “Me decía que ya no iba a ser bonita”

Haber puesto fin a una relación de tres meses llevó a Jovani, a sus 21 años, a secuestrar y prender fuego a su ex novia, Stephanie Medina López, a sus 18 años de edad.

Infobae

La joven afectada cuenta, 10 años después del horrible episodio, cómo sucedieron los hechos.

“Habían pasado dos días de que lo había terminado y me lo encontré en la calle, me metió a su coche y me llevó a su casa y me encerró. Ahí empezó a reclamarme que él ya tenía planeado hacer una familia conmigo, que se quería casar. Se descontroló. Empezó a empujarme, a golpearme, después metió galones de gasolina y después me bañó completa y me prendió fuego”, contó entre lágrimas Stephanie para Infobae México.

El agresor había puesto música a todo volumen para que nadie escuchara los gritos, mientras le decía que si no era para él, no iba a ser para nadie.

“Me quemó y se estuvo burlando de mí. Me decía que ya no iba a ser bonita, que cualquiera que me viera iba a ver las cicatrices, iba a ver un rostro quemado”, continuó. Fue tanto el combustible que Jovani arrojó contra Stephanie que ocasionó quemaduras de tercer grado en el 90% de su cuerpo.

“El vientre y las piernas sí están llenas de cicatrices, algunas partes todavía no se terminan de regenerar”, dijo. Después intentó apagar el fuego, pero era tal que el agua no lograba apagarlo. Fue solo hasta que Jovani tomó una sábana mojada y la cubrió, que logró apagar las llamas.

Pero no la llevó al médico, al contrario, continuó amenazándola. «Traía un arma. Me dijo que yo lo iba a matar de la desesperación. Me vas a matar y tú te vas a ir muriendo del dolor, nadie te va a salvar, nadie te va a sacar de aquí”.

Por fin los gritos de Stephanie fueron escuchados y una pareja comenzó a tocar la puerta, Jovani les dijo que no pasaba nada, que solo arreglaban sus problemas, pero la pareja insistió y amenazó con llamar a la policía sino abría. Fue entonces cuando Stephanie logró salir.

«A la hora que abre lo empujo y salgo corriendo, y me pongo atrás de ellos, luego corrí sin detenerme hasta que me metí a la casa de los vecinos. Pedía ayuda, que me llevaran a un hospital pero Jovani no quería. La pareja al principio no quería llevarme porque me decían que no se podían meter, pero les dije que me iba a morir ahí”, sostuvo Stephanie, al estar segura de que si la dejaban sola con Jovani la mataría.

Accedieron a llevarla al hospital pero Jovani estuvo con ella en todo momento.

“Cuando llegamos al hospital me puso en una silla de ruedas y mientras entrábamos me dijo: `si tú dices algo, le hago lo mismo a tu hermano, a tu familia´, y yo no dije nada».

Los médicos al preguntarle qué había ocurrido, las historias inventadas de Stephanie no los convencieron al no concordar con las heridas. Cuando llegó el ministerio público a tomar la denuncia, Stephanie no pudo revelar a su agresor porque estuvo en todo momento a su lado, tomándole la mano.

Aunado a ello, se encontraba sola. Le habían dicho a su familia que se había ido con el novio, pero una una trabajadora social que se dio cuenta de lo que pasaba la ayudó. Su mamá se enteró que Stephanie estaba en el hospital y al llegar, los parientes de Jovani y autoridades del centro médico no la dejaron pasar.

“Se tuvo que brincar mi mamá para poder verme», agregó. Su mamá se fue a buscar ayuda de familiares, y en ese entonces, Jovani consiguió que la dieran de alta a pesar de no estar recuperada y constantemente sedada.

“Ya me sentía muerta, me sentía sin vida, pero mi mamá llegó justo a tiempo, con ayuda de la trabajadora social de la que no conozco su nombre, pero le estoy infinitamente agradecida, me retuvo hasta que mi mamá llegó con ayuda, con mi hermano, mi abuela, mi papá y personas del refugio, la directora de este refugio fue por mí. El papá de Jovani se dio cuenta y le avisó, entonces él se escapó, se dio a la fuga, lo trataron de alcanzar pero no pudieron”.

Con la ayuda de sus familiares y la trabajadora social llegó a un refugio donde brindan apoyo a mujeres que han sido víctima de abusos. Sin embargo, se dieron cuenta de que sus lesiones eran demasiado graves y que no podían mantenerla allí porque podría fallecer. Contactaron a un médico y la trasladaron de nuevo al hospital.

Fue con la intervención de al Red Nacional de Refugios que Stephanie comenzó a recibir el tratamiento adecuado para sus heridas.

“Cuando regreso al hospital me empiezan a dar otro tipo de tratamientos, me ponen células madre, un gel y un spray que no me había puesto. Me quitan las vendas y empiezan a priorizar, porque toda mi cara estaba llena de cicatrices frescas».

Finalmente, Stephanie puso la denuncia ante el ministerio público como intento de homicidio y cuenta que, a pesar de haber ofrecido evidencias claras de su paradero, nunca se le detuvo y su crimen se encuentra impune.

Redacción Maduradas con información de Infobae

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