Luis Eduardo Pérez Sosa, un veterinario de 29 años, fue asesinado el pasado 21 de agosto cuando contrató a dos amigos para que lo acompañaran a cobrar 6,800 dólares producto de la venta de un ganado y estos planificaron el robo del dinero.
La Nación
El hecho ocurrió en la en la Troncal No. 005 de la carretera Barinas – San Cristóbal, donde sus verdugos quemaron su cadáver junto a su vehículo. En ese sitio lo localizaron completamente calcinado.
En pocos días los detectives del Cuerpo de Investigaciones Científicas, penales y Criminalísticas (Cicpc) aclararon el crimen y descubrieron que los responsables tenían vínculos con ese organismo, entre ellos un detective activo que se interesaba mucho por conocer sobre los avances del caso y dos exfuncionarios.
Presuntamente, el también ganadero pidió a los exfuncionarios que lo acompañaran hasta la zona de Mirí para cobrar el dinero por temor a sufrir un asalto.
Ese viernes salió a bordo de su camioneta Toyota Runner con su amigo Jhon Alejandro Uzcátegui Monsalve, de 24 años, ex Cicpc, dedicado ahora al comercio, y el detective activo Eduardo José Cadenas Pinilla, de 28 años, destacado en la delegación de Socopó.
El viaje iba sin contratiempos, pero luego de que el veterinario recibió el pago en divisas y se disponía a regresar a su casa, registró un problema con el exdetective, por lo que con ayuda del funcionario activo lo someten y lo asesinan de un disparo.
Luego de esto, Uzcátegui planeó simular un robo por lo que le pidió a su amigo que le dispare, después de esto conduce la camioneta hasta una vía secundaria donde rocía el vehículo con combustible y le prende fuego, al no medir la cantidad de gasolina genera una explosión que le causó heridas en el 30 % de su cuerpo.
Luego, el expolicía camina hasta llegar al pueblo donde pide ayuda y asegura que fueron atracados por tres motorizados que les quitaron unos dólares y quemaron la camioneta del ganadero con la víctima adentro.
El hombre que simuló aquel atraco quedó hospitalizado y, aunque su condición impedía que fuera interrogado, los relatos de compañeros hicieron que se encontraran algunas inconsistencias.
Cuando logran obtener las declaraciones del excicpc, los investigadores determinaron que además de las inconsistencias en su versión habían algunas contradicciones. Finalmente se vio obligado a contar la verdad.
En su confesión, el herido involucra al funcionario activo y a otro excicpc, Ánderson Javier Meza Vivas, quien se desempeña como mototaxista, a quien señaló de haberles facilitado el arma de fuego con la que cometió el crimen un revólver, marca Arminis, modelo 38 especial.
Redacción Maduradas con información de La Nación.
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