María Elia Días de Prieto, de 79 años, oriunda de Portugal y nacionalizada venezolana, fue asesinada a golpes y estrangulada por sujetos que ingresaron a su habitación, en horas de la madrugada de ayer. La mujer era la propietaria del hotel “Días y Silva”, ubicado entre las esquinas Cárcel a Castón en el Centro de Caracas, publica El Universal.
Su cadáver fue hallado a las 6:30 de la mañana de ayer por uno de los inquilinos del inmueble, que se extrañó de no haberla visto más temprano, pues ella acostumbraba a abrirle la puerta todos los días cuando él se iba a trabajar.
Como ayer no lo hizo, y tampoco atendió el llamado reiterado que el hombre le hacía, él decidió ir hasta su habitación en el piso uno del hotel y allí la encontró muerta, boca abajo en su cama.
Ese hotel, además de servir como hospedaje de paso, también era residencia fija para varias familias.
Quienes estaban allí para el momento del hallazgo, fueron alertados por el hombre que pidió ayuda a gritos.
“La señora María era una anciana muy frágil. No es justo que le hayan hecho eso tan cruel”, destacaron los inquilinos consternados.
Presumen que quien la asesinó es una persona conocida por ella, porque fue hasta su habitación y la atacó cuando estaba acostada. Incluso, cuando se fue del lugar dejó la puerta abierta y le robó varias pertenencias, incluyendo dinero, objetos de valor y las llaves de una casa que tiene en El Llanito.
Lo que sospechan, es que unos inquilinos que tenían menos de un mes allí pudieran ser los responsables, puesto que ayer mismo desaparecieron.
“Cuando nos enteramos que la señora María estaba muerta, de inmediato llamamos a todos y pasamos por cada habitación avisando. Curiosamente esos nuevos inquilinos no estaban y la habitación estaba vacía. Se llevaron todo”, detallaron los residentes.
Funcionarios del Cicpc llegaron al lugar para realizar las experticias y buscar evidencias claves.
Enamorada de Venezuela
La mujer llegó a Venezuela con su esposo (ya fallecido) hace más de cincuenta años.
Ambos se entregaron por completo al país y tuvieron dos hijos, que abandonaron estas tierras hace varios años.
Aunque sus familiares le insistieron que se fuera a vivir a Portugal, ella nunca aceptó porque consideraba que debía seguir luchando en Venezuela, “el país que le abrió los brazos y que ahora debía retribuirle”. Así dijeron los allegados.
Ayer, tras el hecho, se comunicaron con sus hijos en Portugal, y uno de ellos dijo que viajaría a Venezuela a buscar el cadáver de su madre, para “no saber más nunca del país”.