El pasado lunes 27 de diciembre, la Asamblea Nacional (AN) electa en 2015 aprobó, en primera discusión, el proyecto de reforma del Estatuto para la Transición, con la que legitima la continuidad constitucional del gobierno interino de Juan Guaidó y la del Parlamento por otro año.
Después de esa decisión se ha hecho evidente una vez más las fricciones dentro de la oposición, ya que durante la sesión extraordinaria algunos diputados salvaron su voto y pidieron correctivos al texto que no se ha hecho público.
Unas semanas antes, Julio Borges presentaba su renuncia al cargo de comisionado de Relaciones Exteriores del gobierno interino de Juan Guaidó y manifestaba algunas críticas contra el interinato.
“Los manejos de los activos en el exterior nos han desenfocado de nuestra única tarea de sacar al dictador de Venezuela porque nos ha convertido, a los partidos políticos, en unos manejadores de unos activos y, además de eso, también están sometidos a escándalos de corrupción, que no han tenido respuesta”, dijo el pasado 16 de diciembre en un comunicado de prensa.
En ese sentido, el abogado Mariano de Alba afirmó que las declaraciones de Borges hicieron evidentes las divisiones en la oposición, en medio de fuertes acusaciones de posibles hechos de corrupción.
Asimismo, el excomisionado también indicó que el gobierno encargado debe desaparecer completamente porque, a su juicio, no está cumpliendo con su objetivo.
Runrunes analizó lo que ocurriría si el gobierno interino, reconocido por más de 50 países, llegara a su fin.
En declaraciones ofrecidas a ese medio de comunicación, De Alba dijo que, en caso de que llegara a desaparecer el gobierno encargado de Guaidó, lo más probable es que muchas de esas naciones continúen sin reconocer a Maduro.
“A muchos gobiernos se les vendió la idea diciéndoles que, si reconocían a Guaidó, Maduro saldría del poder en horas o días. Esa apreciación de la oposición resultó ser incorrecta y, por ende, conforme ha pasado el tiempo, el gobierno interino ha ido perdiendo relevancia”, especificó.
De Alba enfatizó que un elemento clave para que la democracia sea restituida en Venezuela es la existencia de un movimiento de oposición organizado y creíble.
“La credibilidad no la otorga el reconocimiento internacional, aunque puede ser una parte importante, sino más bien la capacidad organizativa del descontento de la población, el apoyo de los ciudadanos venezolanos y el compromiso por principios democráticos”, explicó.
Insistió en que es “muy improbable” que regrese la democracia al país si no existe una “coordinación estratégica de la oposición política y la sociedad venezolana”.
Gobierno interino
En declaraciones ofrecidas a ese medio de comunicación, De Alba precisó que el mandato de Guaidó ha facilitado agrupar la interlocución internacional de la oposición venezolana con los gobiernos de los países que reconocieron al presidente interino, incluyendo a través de representantes diplomáticos.
No obstante, advirtió que esa interlocución se ha debilitado de manera sustancial por las propias diferencias dentro de la oposición.
Asimismo, el abogado señaló que el gobierno encargado ha efectuado labores de representación del Estado Venezolana y trabajos de administración de bienes de empresas estatales en el extranjero, a través de la designación de juntas directivas.
“En algunos casos limitados, representantes diplomáticos acreditados por Guaidó han logrado asumir labores consulares que facilitan algunos trámites a los venezolanos que residen en esos países”, expresó.
Redacción Maduradas con información de Runrunes.
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