En medio del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, y que se desenvuelve en territorio ucraniano, varios ciudadanos de este país han decidido quedarse en su tierra para «defender» a sus compatriotas y proteger sus propias vidas. En medio de la masiva movilización de ucranianos a otras latitudes y del riesgo de que se pudiera desencadenar una tercera guerra mundial, un grupo de residentes de Lviv ofrecen sus labores de voluntariado para resguardar a civiles.
Entre estos, destaca Cristina, docente de jurisprudencia en la Academia de Policía local, de 31 años, quien ha manifestado su decepción con el mundo, al pensar que han «abandonado» a los ucranianos.
«No sé cuándo terminará esta guerra, no conozco la situación, pero creo en Dios y espero que Rusia entienda que nosotros estamos en nuestra tierra, no tenemos dónde ir y no nos queremos ir de aquí. Espero que entiendan que nosotros estamos dispuestos a morir aquí. Y nos vamos a quedar aquí, en nuestra tierra, hasta el final», expresó, según reseña La Nación.
Esta mujer, así como otros residentes de la zona, colaboran en el templo más grande Lviv, una iglesia moderna, de cúpulas doradas, visitada por Juan Pablo II en el año 2001. Hoy la edificación sirve de refugio para las personas que huyen de bombardeos y que se ocultan bajo su techo cuando suenan las tétricas alarmas antiaéreas.
Para Cristina, aunque muchos medios y personas hablan del tema, el apoyo ha sido «insuficiente». Incluso considera que las sanciones impuestas a Rusia no alcanzan para frenar el avance de la guerra.
«Duele saber que en el exterior piensan que Ucrania es como una periferia, ya que hay muchos ucranianos desparramados por el mundo que se fueron para trabajar y ganar plata. Pero acá hay mucha gente que en los últimos 30 años puso todas sus energías para progresar. Muchos hemos construido nuestras casas, tenemos nuestros autos, salimos al teatro, de vacaciones, a divertirnos, nos gusta viajar. Somos europeos como los demás y tenemos mucho que perder en esta guerra, por eso nos defendemos y estamos dispuestos a combatir hasta el final», dijo.
Y agregó: «Me parece que el mundo nos mira como si se tratara de una película de terror. Pero al final está lejos y no le importa nada. Pero esta es una guerra que nosotros no quisimos, que no es sólo nuestra, es de todos. Y necesitamos ayuda, ahora».
Redacción Maduradas con información de La Nación
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