La periodista Carla Angola, en su columna de este domingo en el diario El Universal, se refirió a los recientes acontecimientos que ocurren en la nación y a como Nicolás Maduro “duerme feliz, mientras otros cierran sus ojos para siempre”.
La fiscal puede ir de shopping a Alemania porque aquí cualquiera sentencia. De la víctima se sospecha y al asesino se le condecora. El poderoso nació absuelto y el disidente reo. El pueblo autoriza una vez y la licencia es vitalicia para la arbitrariedad.
El Gobierno baila sobre el dolor, manda de vacaciones al luto, pone barricadas a la probidad y lanza gas al albedrío. Incluso los Estados de Excepción legales, exigen preservar el derecho a la vida, el debido proceso y el derecho a la información. Una vez hubo ley, ahora ellos son la ley. Pobre pueblo cuyo clamor es piltrafa y cuya queja es infracción. El poder conseguido por medios culpables nunca se ejercerá en buenos propósitos. Los medios nunca fueron cándidos y nobles desde las intentonas en armas y, no resistieron empuñarlas de nuevo. Lamentamos los malos gobiernos. Cuan peor es padecer por las malas personas.
Duerme feliz, mientras otros cierran sus ojos para siempre. La insensibilidad duerme como niño, después de saber que Geraldine murió por perdigones a quemarropa. Que Sergio se desangraba en un hospital por la falta de dólares para importar el coagulante. Que a dos cuadras de Miraflores, sellan a la gente como ganado y sin garantía de hallar comida. Que cerca de la plaza militarizada, un galeno recibió un disparo en la sien en un intento de robo. Que un chavista denunció que los colectivos golpearon a su hijo, después que días atrás, pedía al gobierno que no le temblara el pulso contra los lacayos y traidores.
Cuando tocaron a su muchacho, supo que el lacayo también podía ser él. Mientras la indolencia duerme tranquila, en las calles arrulla la bala y en el hospital el suelo es camilla. Si Nicolás Maduro condena y secuestra a alcaldes de oposición electos con 80% de votos. Los ciudadanos podrían destituirlo a él, quien habría obtenido apenas 50.66%, y tiene ahora a 72% de los venezolanos seguros de que la situación económica ha empeorado por su responsabilidad. Séneca mentía cuando sentenció que todo poder excesivo dura poco. Pero quiero creer que Bolívar acertó, cuando dijo que la violencia de la fuerza, arrastrará consigo los principios de su propia destrucción. Este país puede que haya perdido todo, pero no ha renunciado a nada. Quizás todos le tememos a uno, pero ese uno, también nos teme a todos.
@carlaangola / Con información de Noticias al dia y a la hora