El 18 de diciembre de 2023, la Fiscalía de Venezuela anunció públicamente que la investigación sobre la muerte de Canserbero y su productor, Carlos Molner, ya no se trataría como un suicidio, sino como un homicidio. Se señaló a Natalia Améstica, la pareja de Molner y mánager del artista, como posiblemente responsable. Una semana después, Améstica admitió en un video ser la autora del crimen, mientras que su hermano, Guillermo, fue identificado como el principal encubridor.
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A partir de este cambio en la versión de las autoridades venezolanas, el caso empezó a involucrar a Chile. La razón es que los Améstica son hijos de un matrimonio chileno que se exilió a Venezuela en 1974 y la familia los consideraba ciudadanos chilenos.
Después de la grabación del video por parte de Natalia, la familia solicitó al consulado chileno en Venezuela un trato justo para la mujer, compromiso que, según su círculo cercano, esperaban que se cumpliera.
Esto generó tensiones con la justicia venezolana y el fiscal del caso, Tarek William Saab, planteó la situación desde la perspectiva de que dos extranjeros de origen chileno estaban involucrados en la muerte de dos venezolanos, incluyendo a un destacado músico.
Nueva versión de los hechos
Desde que Natalia Améstica fue señalada como la principal sospechosa y detenida, aislada de su familia, ha buscado una solución judicial a su situación. Por esta razón, envió una carta a sus abogados en Chile, Ciro Colombara y Jennifer Alfaro, presentando una versión diferente de los hechos a la grabación de diciembre.
En la carta, Améstica recordó que el día del incidente, Canserbero solicitó quedarse en su casa, compartida con su pareja Carlos Molner, debido a un momento personal complicado. Después de poner una película en Netflix para relajarlo, Améstica se fue a dormir junto a Molner, mientras Canserbero permaneció en otra habitación.
“Tirone (Canserbero) no paraba de llorar, se sentía muy mal pero no lograba entender qué sucedía, hablamos muchas cosas, pero muchas no tenían lógica, otras sí, pero lo importante es que él no estaba bien”, recordó.
Entrada la noche, la situación se volvió más violenta. “Nos quedamos dormidos hasta que pasadas las 4.00 de la mañana -o casi las 5.00- escuchamos los golpes a la puerta de esos que por poco la tumban, con una voz muy gruesa llamaba a stoperro (así le decían a Carlos desde el colegio), pegando más fuerte la puerta”, redactó, agregando que al salir a ver era el artista quien estaba mirándose al espejo con los “ojos rojos y muy tenso”.
Améstica presuntamente volvió a su habitación a esperar que la situación se calmara, pero eso no pasó.
“No sé cuánto tiempo pasaría, pero lo que me despertó fueron dos gritos, uno de guerra y otro ahogado, más una seguidilla de golpes muy fuertes unos tras otros. En ese momento al despertar así en mi mente solo se me vino la frase ‘enciérrate aquí’. Me paré de un salto y fui corriendo a mi baño teléfono en mano y fue cuando empecé a llamar al 911. Después de los golpes lo que escuché fue unos vidrios romperse”, añadió en el documento.
Améstica decidió salir de su habitación y fue entonces cuando encontró manchas y desorden, al llamar a los involucrados, nadie respondió hasta que vio a su pareja tendida en el suelo.
“Empecé a abrir una a una cada cerradura de la multilock. Los nervios me traicionaron y empecé a pegar gritos volteando para atrás esperando un golpe, hasta que pude abrir la puerta y salir corriendo llamando a los vecinos diciendo auxilio. Fue cuando me abre la puerta mi vecina del frente y ve a Carlos tirado. Su esposo la aparta y me abre la puerta y yo le gritaba ‘¡atacaron a Carlos!’, y la señora Flor me agarra las manos y me dice, en voz preocupada, ‘mi niña se lanzó alguien’, y yo no entendía hasta que me llevó a su balcón y fue cuando vi a Tirone (Canserbero) en el piso”, mencionó en el texto.
Con esta nueva versión, la defensa de Natalia busca resolver su situación judicial, al menos permitiéndole tener abogados en Venezuela y comenzar un proceso que garantice sus derechos legales.
Asimismo, sus abogados señalaron que “la supuesta confesión que ha difundido el fiscal Tarek William Saab como fundamento de la acusación no resiste ningún análisis serio desde la perspectiva de derechos humanos: después de semanas de incomunicación, sin conocer las pruebas del caso, sin abogados presentes y con las manos amarradas”.
Redacción Maduradas con información de La Tercera
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