Como si se tratara de un programa alimenticio muy eficiente, durante la transmisión de su programa semanal de este domingo, el presidente de la República, Nicolás Maduro, alardeó -con el descaro que le acostumbra- de la existencia de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) pues según él, son una salvación en medio de la crisis.
Foto: Prensa presidencial.
«¿Qué sería de Venezuela sin los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP)?», preguntó Maduro a los venezolanos.
Maduro parece olvidar que este programa fue una respuesta al hambre de los venezolanos ocasionada por la escasez de alimentos, producto del control de precios, la inflación y las malas políticas económicas de su gobierno.
Además, parece olvidar que se trata de un programa limitado, que no beneficia a la totalidad de la población y que el «beneficiario» no tiene potestad alguna de decidir qué recibe ni cada cuánto lo recibe. Un sistema de control al mejor estilo comunista.
Los CLAP han sido utilizados como un arma política, dándolo como premio a quienes apoyan con los ojos cerrados al gobierno bolivariano. Algunas comunidades han indicado que han dejado de recibir la caja de alimentos porque han protestado contra el régimen y sus políticas.
No olvidemos además que muchos venezolanos comen de la basura, mientras que muchos otros, mayormente niños, mueren a causa de la desnutrición.
Redacción Maduradas.