Lino Linares, cirujano plástico que cuenta con más de 20 años de experiencia como practicante, advirtió que cerca del 90% de las pacientes que acuden a su consulta lo hacen para realizarse intervenciones quirúrgicas, es decir que las personas buscan corregir algún problema surgido de un procedimiento anterior.

Intagram Lino Linares
El especialista indicó que con cada intervención el tejido sufre y es más difícil de revascularizar; para poder tener resultados exitosos luego de procedimiento quirúrgico explicando que en promedio los pacientes acuden a su consulta luego de tres o cuatro cirugías que han acabado mal; en una ocasión atendió a una persona con ocho intervenciones previas no exitosas.
Como cirujano plástico, Linares aclara que no todos los procedimientos infructuosos se deben a una mala praxis; también pueden ser consecuencia de la modificación de los protocolos postoperatorios.
“La gente sigue consejos de amigos o familiares e incluso de otros cirujanos (que no conocen su historial médico ni los pormenores de la intervención); que le dicen que haga esto o lo otro, por eso yo no doy ‘consejos de fiesta’ y a veces paso por antipático”, dijo.
Por otra parte, los malos resultados pueden ser consecuencia de condiciones o enfermedades no diagnosticadas. Casi siempre relacionadas con la circulación o el sistema inmunitario, que dejan huella en el posoperatorio; (seromas, hematomas, retracción de la cicatriz por infecciones, entre otras), pero que con el manejo adecuado pueden solventarse.
“Lamentablemente he tenido que evitar reintervenir porque el riesgo es muy grande, hago estudios de imágenes de los vasos sanguíneos que me permiten hacer un pronóstico y hablar de los riesgos, que casi siempre son de irrigación”, comentó.
Para intentar restaurar estética y funcionalmente los tejidos, que pierden vascularidad con cada intervención, Linares utiliza una cámara hiperbárica en el postoperatorio para que los bordes tengan suficiente oxígeno; y se produzca una cicatrización en los tiempos debidos para que la herida no sufra necrosis.
El cirujano indicó que comúnmente las personas sienten frustración e incluso ira luego de varias intervenciones infructuosas; pero otra cosa es el trastorno dismórfico, que hace ver como monstruoso el detalle más insignificante.
“Yo evito reintervenir al paciente con desorden dismórfico; no vale la pena operar porque siempre va a estar disconforme con el resultado”, indico.
Linares recalca que el conocimiento y la experiencia son cruciales, pero también lo es la habilidad quirúrgica para realizar un procedimiento exitoso de principio a fin; desde un diagnóstico minucioso que permita anticipar posibles inconvenientes hasta la capacidad para tomar decisiones acertadas y contar con la pericia necesaria para solventarlos así como el compromiso del paciente para cumplir a cabalidad los protocolos antes y después de la cirugía para lograr un resultado satisfactorio.
“La cirugía debe ser bien planificada pero flexible durante su ejecución, porque el tejido ha sido alterado en varias oportunidades; y pueden presentar condiciones que modifican el proceso, más allá de las estipuladas”, finalizó.
Redacción Maduradas con información de Venezuela informa hoy
Lea también: Cicpc esclareció el crimen de un hombre de 56 años en Carabobo: su propio “amigo” lo mató para robarle $10.000