Diversas organizaciones no gubernamentales y activistas criticaron el pasado martes 10 de octubre la reelección de Cuba como integrante del Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), para el próximo período 2024-2026. Los portavoces destacaron que el régimen cubano viola sistemáticamente la carta de derechos fundamentales de la institución.
Cuba se ganó un lugar en el consejo tras obtener 146 votos, la mayor puntuación entre los cuatro candidatos que optaban a los tres puestos disponibles para la región americana.
Al conocer los resultados, el subdirector para las Américas de Human Rights Watch (HRW), Juan Pappier, declaró que «las violaciones sistemáticas de derechos humanos que se cometen en Cuba deberían excluir al Gobierno de ser parte del Consejo de Derechos Humanos de la ONU».
«Su nombramiento es lamentable, pero no debería ser una excusa para que el Consejo empiece de una vez a prestar particular atención a la gravísima situación de derechos humanos en el país», añadió.
Por otra parte, el opositor Manuel Cuesta Morúa comentó que la reelección de Cuba es una buena noticia para las autoridades de la isla pero «mala para las y los cubanos». En este sentido, lamentó que La Habana se haya convertido «casi» en un «miembro permanente» del consejo, a pesar de amenazar con «reprimir y encarcelar» a disidentes y opositores.
Entretanto, la ONG Prisoners Defenders instó a la ONU a «proteger» sus mecanismos de preservación de los derechos humanos, tras cargar contra la reelección de Cuba. De acuerdo con datos ofrecidos por la organización en su último informe, la cantidad de presos políticos en el país liderado por Miguel Díaz-Canel asciende a 1.047.
Cuba fue reelecta por sexta vez consecutiva como miembro del consejo con sede en Ginebra y compuesto por un total de 47 Estados.
Redacción Maduradas con información de EFE
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