“No utilizamos protocolo de seguridad. Tampoco tenemos precaución por nuestro trabajo. El coronavirus no nos detiene en nada. Lo dejamos a la suerte. Si uno no trabaja, no come”, es el testimonio de una trabajadora sexual venezolana, quien pese a la emergencia sanitaria se ve forzada a seguir en sus actividades, en medio de un país que atraviesa una crisis económica sin precedentes.
La Patilla
Aseguró, en una entrevista ofrecida al equipo de prensa del portal informativo La Patilla, que pese a la cuarentena adoptada en el país y el temor de muchas personas a contagiarse con COVID-19, que sus ingresos no bajaron drásticamente.
«Es totalmente diferente. Sí afectó un poco porque ya no hay tantos clientes. Ya no es tan abundante. Pero igualito trabajamos», dijo. Afirmó, incluso, que los periodos de confinamiento «radical» es cuando mejor les va.
Señaló que cobra 35 dólares la hora. «En momentos flojos, no se atiende a nadie o puedes atender a un solo hombre. En un día bueno, puedes recibir tres, cuatro, cinco, o uno solo que sea positivo porque pagan 250, 350, y 400 dólares. Muy positivos», indicó.
DENUNCIA DE MALTRATOS
Una de las trabajadoras denunció que han sido víctimas de maltratos y violaciones por parte de funcionarios de los organismos de seguridad controlados por el Estado que operan en Caracas.
«Los policías son muy malos. Les han cortado el cabello a varias chicas. Uno en este trabajo tiene mucha suerte. Hay mujeres que no tienen la suerte que yo. Mis amigas han sido violadas. La mayoría de las violaciones son hechas por funcionarios policiales. Mayormente, de la Policía Nacional Bolivariana, de las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES) y de la Guardia Nacional», dijo.
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Redacción Maduradas con información de La Patilla
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