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¡EL HAMBRE APRIETA! Cada día son más los venezolanos que comen lo que consiguen en la basura

Julio Noguera, un maestro panadero de 50 años, contó a la agencia AP cómo sobrevive después de que la panadería donde trabajaba cerró por falta de harina de trigo: busca alimentos en el basurero del mercado mayorista de Coche, en Caracas.

“Vengo a buscar alimentos aquí porque si no me muero de hambre”, dijo Noguera tras rescatar del suelo una decena de papas que estaban en medio de un lote repleto de barro y con fuerte olor a humedad. “Con esta situación nadie ayuda a nadie, y nadie le da un plato de comida a alguien”.

En esta imagen, tomada el 31 de mayo de 2016, Pedro Hernández (izquierda) y su amigo Luis Daza recogen tomates de entre los desperdicios del mercado de Coche, en Caracas. Foto: AP

En esta imagen, tomada el 31 de mayo de 2016, Pedro Hernández (izquierda) y su amigo Luis Daza recogen tomates de entre los desperdicios del mercado de Coche, en Caracas. Foto: AP

La comida que rescata, señaló, la consume o la vende en la calle para llevar algo de dinero a su casa, ubicada en Antímano, donde vive con una hermana.

Pero Noguera no está solo. Son muchos los venezolanos que, batallando con alimentos descompuestos y suciedad, han hecho de la búsqueda de comida en la basura parte fundamental de su rutina diaria.

Las colas cada vez más largas de personas que se aglomeran desde la madrugada a las puertas de los supermercados, y los crecientes casos de saqueos e intentos de saqueos de comercios, son ya normales en todas las ciudades del país.

El fenómeno de la recolección de alimentos en los basureros no es una práctica nueva en el país. Aunque no hay cifras específicas al respecto, analistas coinciden en que, dada la precariedad económica y la crítica escasez de alimentos, en los últimos meses puede haber aumentado el número de personas que comen con lo que consiguen en la basura.

“Parece bastante claro que hay proporciones muy importantes de la población que están empezando a intentar sobrevivir de la basura” en medio de la crisis, declaró a AP el sociólogo Carlos Aponte, profesor-investigador del Centro de Estudios del Desarrollo de la estatal Universidad Central de Venezuela, quien estima que las condiciones de vida de los venezolanos se han agravado aún más este año en comparación con el 2015 y 2014.

En la nota de AP se reseña que cada tarde una inusual actividad atrapa la atención de centenares de transeúntes en La Candelaria, en el centro de Caracas. Un pequeño grupo de jóvenes, ancianos, y mujeres con niños pequeños, trajeados con humildes vestimentas y de delgada contextura, se aglomera en los alrededores de un improvisado depósito de basura instalado en medio de una acera al aire libre y comienzan a escarbar entre los desperdicios.

En uno de los basureros, Mónica Espinosa, madre soltera de 38 años, desempleada y quien reúne algún dinero preparando salsas que vende a comercios, escarba entre los desperdicios junto con sus dos hijas, de 12 y 13 años. Agregó que antes de consumir los alimentos rescatados los limpia con agua caliente.

“Con la inflación que está pasando ahorita, la situación se pone bastante difícil hasta para la gente que trabaja”, comentó a AP la delgada mujer de tez morena.

Aunque suene a consigna, ¡el pueblo tiene hambre! Déjenos sus comentarios

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