Como ya es costumbre en su línea de discurso, Nicolás Maduro hizo a un lado la grave crisis que enfrenta el país y la multitud de personas que salieron a las calles a denunciar su gestión, para insinuar que en Venezuela la Navidad está llegando a los hogares sin irregularidad.
“La gente está poniendo las luces y el arbolito de Navidad, aquí no va a faltar el Niño Jesús, vienen buenos regalos y estamos poniendo bonita la ciudad”, declaró el líder del régimen, en contraste con la realidad que se observa en Caracas y el resto del país.
Desde el pasado viernes hasta el día de hoy 16 de noviembre, múltiples fueron las denuncias sobre atropellos, censura y amenazas. Entre ellos, la toma de la sede de Voluntad Popular con armas largas, los mensajes de amenazas en las paredes de hogares en el estado Táchira o el bloqueo a las redes sociales durante la protesta opositora.
Sin embargo, Maduro se atrevió a afirmar que “en Venezuela hay democracia y libertad y podemos seguir soñando por un futuro maravilloso para nuestros hijos”.
“Nosotros queremos paz, pero hay que derrotar al fascismo”, resaltó. Asimismo, manifestó que «jamás» abandonará «el pueblo de Venezuela», aunque se abstuviera de asistir a la movilización convocada por el chavismo.
Redacción Maduradas