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¡CUÁNTA HUMILLACIÓN! Habitantes de Maracaibo se movilizan a pie o en bicicletas ante escasez de gasolina

Cientos de residentes del municipio San Francisco en el Zulia se ven forzados a caminar hasta seis kilómetros en cada oportunidad que dejan sus hogares para buscar alimentos, productores de primera necesidad o atención médica.

Foto: Diario República.

La escasez de combustible y la restricción de que el transporte público preste servicio ante la prevención para evitar la propagación del coronavirus en el país, disparó los precios de los pasajes y, en estos momentos, no funcionan las rutas internas en barrios y urbanizaciones.

Puedo esperar más de tres horas y por aquí no pasa ni una bola de paja. Prácticamente ni carros particulares para pedir la cola”, expresó un empleado de una farmacia situada en la avenida principal del municipio.

Las escasas unidades que transitan por la zona, principalmente cavas, chirrincheras y camiones, cobran el pasaje hasta en 100.000 bolívares, reseñó El Pitazo.

“El pasaje está carísimo y los entiendo porque no hay gasolina. Uno también tiene que encaramarse en cualquier cosa y arriesgar tu vida. Casi siempre me toca caminar porque no tengo más opciones. Tengo ampollas en los pies y al otro día casi no puedo levantarme. Ya uno no está para estos trotes y menos a las 2:00 o 3:00 de la tarde”, dijo Rita Paz, una adulta mayor que trabaja de cajera en una venta de víveres.

Otros han utilizado como opción movilizarse en bicicleta, la mayoría son jóvenes y adultos mayores. Esta población suele quejarse de los elevados costos de las herramientas y repuestos. Una bomba vale casi un salario mínimo; una tripa 350.000 bolívares y un caucho hasta $ 13.

En San Francisco también se encuentran los mototaxistas. La carrera más económica tiene un valor de 50.000 bolívares en efectivo, pero algunos aceptan alimentos como forma de pago.

De vez en cuando llegan pasajeros. Casi todos regatean los precios porque no hay efectivo y todo está muy caro. Traen sacos, bolsas y bolsos llenos. Llegan sudados y rojos. Algunos vienen de caminar bastante con ese peso y llegan casi desmayados. Casi nunca los dejamos morir”, indicó un mototaxista cerca de la Iglesia del Padre Vílchez.

Redacción Maduradas con información de El Pitazo.

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