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¡DANTESCO! El brutal asesinato de una niña secuestrada por su “encantador vecino” que en realidad se trataba de un perverso pedófilo

En la calle Mountain Pass, del barrio Sabre Springs de San Diego, en California, se vivía una vida tranquila, allí una familia descansaba durante la madrugada de un sábado, cuando la madre, Brenda, llegó a la casa y notó que la alarma tenía una luz roja encendida.

Infobae.

Sin hacer mucho ruido la mujer descubrió que la entrada lateral del garaje estaba abierta, la cerró y siguió compartiendo con algunos amigos en la planta baja de su casa, mientras en la segunda planta su esposo, Damon, y sus hijos Dereck, Danielle y Dylan, dormían.

La mujer subió para avisar a su esposo que había llegado a casa, él baja a saludar, mientras ella va cerrando las puertas de los dormitorios de sus hijos.

Al poco tiempo los invitados se van, la pareja cierra la puerta principal y suben a su habitación para irse a dormir. Una hora después el padre despierta y nota que nuevamente la luz de la alarma está parpadeando, revisa todas las puertas y se da cuenta que dejaron abierta la puerta corrediza de vidrio que comunica al jardín trasero de la casa, pero regresa a la cama sin revisar a sus hijos.

En la mañana siguiente Brenda baja para hacer el desayuno y encuentra a su esposo y dos de sus hijos ya levantados en la cocina, poco después llegan los hijos de unos vecinos a los que Brenda ofreció a cuidar ese día, en ese momento decide subir a despertar a su hija, Danielle, pero encuentra la cama desordenada y vacía.

Poco después los padres confirman que la pequeña no está en la casa, llaman a los servicios de emergencia.

Era la mañana del 2 de febrero de 2002, día en el que se transformó la vida de la familia Van Dam.

Lo que había ocurrido con la niña era un misterio, pero al tiempo sabrían que un amable vecino tendría mucho que ver: David Westerfield, un hombre que ya se había cruzado con la madre cuando ella había salido a compartir con amigas y que le había comprado galletas a la niña cuando estaba recaudando fondos para las Girls Scouts para lo que además llenó un formulario de la organización, en esa visita el hombre le manifestó a Brenda que se había interesado por una de las amigas con la que la había visto días antes y ella le anticipó que el siguiente viernes volverían a ir al bar.

El agradable vecino divorciado podía ver el jardín trasero de los Van Dam desde la ventana de su baño.

Llegó el viernes, Brenda salió con sus amigas, mientras que Damon quedó en casa cuidando de los niños. Antes de irse, las mujeres bajaron al garaje a fumar marihuana, una de ellas abrió la puerta lateral para ventilar el lugar y antes de irse la cerraron, pero sin el seguro.

El vecino estaba en el bar, Brenda le presentó a su amiga y poco tiempo después el vecino ya no formaba parte de las conversaciones, antes de que el bar cerrara a las 2:00 de la mañana, los amigos se dirigieron a la casa de los Van Dam.

En la casa Damon le había dado la cena a los niños y los acostó a las 10:30 de la noche, luego se quedó un rato viendo televisión y poco después se fue a dormir.

Antes de que su esposa llegara Damon se había despertado y había sacado a la perrita de la familia al jardín trasero y volvió a subir, hasta que llegó su esposa con los amigos.

La mañana siguiente la familia y algunos cuerpos de seguridad estaban buscando por toda la zona a Danielle, helicópteros sobrevolaban el lugar, funcionarios policiales tocaban todas las puertas del vecindario, y al único que no encontraron fue a David Westerfield.

Ese día el vecino había salido con su casa rodante de lujo para pasar el fin de semana en el desierto, aunque a la Policía le llamó la atención que no se encontrara en el inmueble, no lo consideraron sospechoso de inmediato.

El lunes siguiente el hombre regresó con su casa rodante, los uniformados lo entrevistaron, estaba descalzo y somnoliento, explicó todo lo que había hecho en su viaje e incluso señaló que se quedó accidentado en el camino y fue auxiliado por una grúa, tenía como testigos a personas que habían compartido con él ese fin de semana en el camping Silver Strand State Beach, estas personas señalaron que él mantuvo siempre cerradas las cortinas de la casa rodante.

Sin embargo, él no le contó a la Policía que antes de llegar a casa había dejado dos edredones, una campera y dos fundas de almohada en la lavandería, y había mandado a lavar completamente la casa rodante, cuando las autoridades se enteraron de estos detalles recuperaron las prendas y el hombre quedó bajo vigilancia.

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La casa rodante fue incautada y la vivienda allanada, revisaron el inmueble con perros detectores de cadáveres, y uno de los animales los condujo al garaje, aunque el hombre intentó evitar que revisaran señalando que días atrás Brenda y los niños habían ido a su casa a vender galletas y habían entrado al lugar, aunque la madre aseguró que nunca estuvieron en el garaje de la casa.

Los edredones y la chaqueta arrojaron rastros de la niña, dos gotas de sangre estaban en la prenda de vestir del hombre y otras en el piso de la casa rodante, además de alguno pelos de la mascota de los Van Dam que posiblemente había tenido la niña en su pijama. También habían huellas dactilares de la niña en la casa rodante.

Por otro lado, los análisis a los equipos de Westerfield arrojaron que tenía abundante contenido de pornografía infantil, algo que intentó hacer ver que pertenecía a su hijo de 18 años, Neal, quien negó que ese material fuera suyo.

El 22 de febrero de ese año, David Westerfield fue detenido e interrogado durante nueve horas, no lograron que confesara. Mientras tanto el cuerpo de Danielle no había aparecido.

El 27 de febrero el cadáver desnudo y descompuesto fue localizado por dos maestras cerca de un sendero en Dehesa, California, el estado de descomposición no permitió determinar la causa de muerte de la pequeña o si había sido abusada sexualmente. Pero fue identificada por los registros dentales y lograron encontrar fibras acrílicas de la alfombra de la casa de Westerfield.

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El hombre fue acusado de secuestro, asesinato y posesión de pornografía infantil, no se le señaló de abuso sexual porque no pudieron comprobarlo.

Westerfield señaló a los padres como los culpables por llevar una vida que ponía en peligro a sus hijos, los señaló de fumar marihuana y de ser swingers.
El juicio duró dos meses, el 21 de agosto el juez William Mudd lo declaró culpable y lo sentenció a pena de muerte, pero el hombre se ha beneficiado con las suspensiones de la pena capital en el estado de California y se encuentra recluido en la prisión de San Quintín.

Redacción Maduradas con información de Infobae.

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