Un alto número de países actualmente atraviesan por nuevos brotes de COVID-19 a pesar de mantener una significativa tasa de inoculación de vacunas mayoritariamente fabricadas en China, lo que, como consecuencia, ha despertado la duda sobre la eficacia de los fármacos elaborados en la nación asiática, de acuerdo a lo revelado este miércoles 23 de junio por medio de un informe del diario estadounidense The New York Times.
Según el medio de comunicación, más de 90 naciones están aplicando fórmulas creadas en China, que ahora parecen no responder a los efectos de las nuevas variantes.
La investigación está basada en datos de contagio de COVID-19 en algunos países que han usado de forma mayoritaria vacunas chinas como las islas Seychelles, Mongolia o Chile. Pero en lugar de estar libres del coronavirus, los tres países han sufrido repuntes de las infecciones, pese a las promesas de sus gobiernos confiados en los fármacos adquiridos desde Asia.
Lo más dramático es que en Seychelles, Chile, Baréin y Mongolia, del 50 al 68 por ciento de la población ha sido completamente inoculada, superando incluso al propio Estados Unidos, según Our World in Data, un proyecto de seguimiento de datos.
Pero, la semana pasada, los cuatro se ubicaron entre los 10 países con los peores brotes de COVID-19, según datos obtenidos por el periódico norteamericano.
“Si las vacunas son lo suficientemente buenas, no deberíamos ver este patrón”, dijo Jin Dongyan, virólogo de la Universidad de Hong Kong. “Los chinos tienen la responsabilidad de remediar esto”, agregó.
Redacción Maduradas con información de The New York Times
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