Las fuerzas rusas han recurrido de manera sistemática a la violación y la tortura sexual contra prisioneros ucranianos, tanto civiles como militares, en “casi todos” los centros de detención donde han sido retenidos, según un hallazgo impactante de la Comisión de Investigación Independiente Internacional sobre Ucrania de la ONU.
El informe indica que dos tercios de los prisioneros de guerra y médicos detenidos entrevistados desde marzo de 2023 han experimentado alguna forma de abuso sexual en las cárceles rusas, que incluye “violación, intento de violación, amenazas de violación y castración, golpes o la administración de descargas eléctricas a los genitales, desnudez forzada y humillación sexualizada”.
“Los números en Ucrania son realmente alarmantes”, declaró al diario The Guardian Charu Lata Hogg, directora ejecutiva del Proyecto Todos los Sobrevivientes, una organización que apoya a hombres y niños que han sufrido violencia sexual.
Desde el inicio de la invasión rusa en 2022, la ONU ha documentado 236 incidentes de violencia sexual contra hombres y dos contra niños. Estas cifras, según los expertos, son probablemente el resultado de un uso sistemático de la tortura por parte de las fuerzas rusas, así como de los esfuerzos de las autoridades ucranianas para apoyar a los sobrevivientes y recolectar evidencia.
“Creo que deberíamos atribuir el mérito a los métodos de entrevista que respaldan estas revelaciones”, señaló Hogg. Los repatriados “reciben apoyo psicológico y son entrevistados poco después de su liberación, cuando el trauma es alto y es relativamente más fácil para los sobrevivientes relatar sus experiencias”.
Uno de estos sobrevivientes, Oleksii Sivak, sufrió torturas durante semanas a manos de las tropas rusas en su ciudad natal de Kherson, donde le aplicaron descargas eléctricas en los genitales por oponerse a su dominio.
“Pregunté: ‘¿Se supone que vea a un ginecólogo?’ Me quedé en shock”, relató Sivak a The Guardian. “Hemos tenido guerra desde 2014 [cuando las fuerzas prorrusas ocuparon Crimea y partes del este de Ucrania] y nadie siquiera había pensado en las víctimas masculinas de violencia sexual”.
Sivak, ahora activista, enfatizó que la “vergüenza y el tabú” que rodean estos abusos han hecho que este grupo de sobrevivientes permanezca invisible, a pesar del alarmante aumento de su número. “Si me mantengo en silencio, es como si nunca hubiera sucedido y eso significa que no está sucediendo ahora”, afirmó.
El presidente de la Comisión de Investigación de la ONU, Erik Møse, destacó en su testimonio ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU en septiembre que la violencia sexual se ha utilizado como “una forma común y aceptable de tortura” por parte de las autoridades rusas, con “un sentido de impunidad”.
Según Sivak, la violencia sexual está tan normalizada en las cárceles rusas que probablemente la mayoría de los ucranianos detenidos allí son sobrevivientes, incluso si no reconocen ciertos ataques, como golpes o patadas a los genitales, como agresiones sexuales.
“Probablemente casi todos los hombres liberados del cautiverio forman parte de nuestra red”, afirmó Sivak. “Simplemente no todos son conscientes de ello”.
Redacción Maduradas con información de Infobae