Los más de 1.000 colombianos que fueron deportados y los más de dos mil que huyeron de Venezuela luego que se decretara el Estado de excepción en seis municipios del estado Táchira, se encuentran refugiados en cinco centros habilitados de emergencia por el Gobierno colombiano y en las cercanías de una improvisada trocha con la esperanza que sea levantado el cierre de la frontera.
Ante la gran cantidad de personas que fueron expulsadas de Venezuela y las que decidieron salir de forma voluntaria, las autoridades neogranadinas declararon una crisis humanitaria.
La situación en la que permanecen estas familias, muchos con bebés y niños pequeños, es deplorable.
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