Desde las 6:00 de la mañana de este lunes, cerca de 1.000 personas se apostaron a las afueras de la sucursal de hipermercados Makro en la ciudad de Anaco.
¿La razón? Desde la noche anterior se regó como pólvora el rumor de que venderían en esta tienda, ubicada en la avenida José Antonio Anzoátegui de la ciudad gasífera, cauchos, leche en polvo, pañales, champú y detergente para ropa, reseña El Tiempo.
El calor, la espera y el ayuno (muchos salieron desde sus casa sin desayunar) comenzó a generar incomodidad en la cola. “Está picando el hambre”, comentó una señora que estaba casi de primera en la fila.
A las 10:00 am los ánimos empezaron a caldearse, pues ya habían pasado cuatro horas y aún no había ingresado al recinto el primer grupo de personas. “Parece que no venderán nada”, era lo que repetían los consumidores.
Fue cuando empezaron a inquietarse varios. Una concentración se formó en la entrada exigiendo el ingreso al lugar. Ante la negativa de los trabajadores de Makro, se desató el caos en cuestión de segundos.
Según varios testigos, unos ciudadanos intentaron colearse y se tornaron violentos. Desprendieron la puerta de entrada del supermercado e ingresaron por la fuerza. Tres mujeres de la tercera edad resultaron aporreadas por la turba que las tumbó y les pasó por encima.
Franyelis Solórzano estaba en la cola y describió la situación. “La gente se volvió loca y comenzó a empujar el portón. Rompieron la puerta y corrían por el estacionamiento”.
Luis Martínez, otro comprador, afirmó que la trifulca se inició porque unos muchachos se alteraron y agredieron a los castrenses. “Los chamos querían pasar a juro y se pusieron groseros con los guardias nacionales. No pudimos ver si se los llevaron presos o no. Hubo mucha confusión”.
Funcionarios del Centro de Coordinación Policial (CCP) de Anaco y efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) acudieron y pusieron orden.
El estallido fue controlado de inmediato. Pasaron los minutos y el supermercado comenzó a laborar, aunque las colas se mantuvieron hasta bien entrada la tarde.
Los asistentes lograron comprar dos cauchos, dos papeletas de leche en polvo, tres acondicionadores para el cabello, un botellón de suavizante de dos litros y medio marca Downy, un paquete de pañales desechables de 40 unidades y dos kilos de detergente en polvo.
Sin datos
Según testigos, los militares se llevaron a algunos revoltosos detenidos, pero el jefe del CCP de Anaco, Roky Rodríguez, negó que tuviesen retenidos en su comando por la turba de la mañana en Makro. El ama de casa María Matos dijo: “ese alboroto, así como empezó, así se calmó”.