Cuando apenas llevaba 21 días a cargo de la hija que había dado luego de parirla, una mujer de la etnia wayuu decidió asesinarla a golpes. Nadie intervino, nadie oyó los gritos de la pequeña, sólo la música a alto volumen se alcanzaba a escuchar en los hogares vecinos.

Composición Maduradas. Fotos: Panorama.
El pasado miércoles, mientras Yoliber del Carmen Montiel Montiel, de 23 años, le daba una golpiza letal a la niña Jhoana Carolina Montiel Montiel, dentro de la pieza de concreto en la que habitaban, la música en el lugar sonaba a todo volumen sin que nadie pudiera sospechar del crimen que ahí se estaba perpetrando.
La mujer vivía en ese lugar – ubicado en la calle 126 del barrio La Arreaga de Maracaibo, con su actual pareja Gustavo Adolfo Ferrer, de 26 años.
A las 9:00 de la noche Montiel salió del inmueble con la niña envuelta en una manta celeste, aseguraba que se había caído. La llevó hasta el Hospital Chiquinquirá de la capital zuliana para que la atendieran.
Le pidió ayuda a su suegra, pero terminó siendo acompañada por su cuñada Yolanda Ferrer. Tomaron un taxi y cuando llegaron al centro de salud, una doctora le pidió que “le quitara todos esos trapos” y cuando la descubrió se dieron cuenta de que ya estaba muerta, relató la testigo.
Los mordiscos marcados en la piel de la menor parecían tatuajes, tenía múltiples hematomas causados por fuertes golpes.
Por su parte, Delia Ferrer, relató algunos de los maltratos que la mujer le daba a la pequeña, explicó que recientemente la niña se tomó dos vasos de agua que sacó de la poceta porque tenía sed y, aunque le había pedido algo de tomar a su mamá, ésta no la atendió.
“Ahora comprendo por qué esa mujer no me dejaba ver a la niña. Tenía casi dos semanas sin verla y siempre que preguntaba por ella me decía que estaba dormida. Incluso, muchas veces le preparé sopitas y desde la ventana veía cómo se las tomaba ella y no alimentaba a la niña. Siempre la maltrató”, narró.
Sobre Yoliber se supo que actualmente tiene tres meses de embarazo, tiene otros dos hijos, uno de seis años producto de una primera relación que se encuentra bajo los cuidados de su padre, y una bebé de un año hija de su actual pareja, que vive con Dalia desde que nació.
Su relación con Jhoana apenas se inició hace tres semanas, la niña vivía con su abuela en Tamare, municipio Mara, pero hace días ella decidió traerla a vivir con ella.
“Mi madre no se la dejaba traer, porque Yoliber siempre demostró desprecio por la niña. Más bien la rescató tres veces del maltrato que le daba. Luego de que mi mamá murió, hace tres meses, Jhoana quedó conmigo, pero ella fue a buscarla con la excusa de que iba a comprarle unas cosas. No pensé que la vida de mi sobrina iba a estar en riesgo, de lo contrario no se la hubiese entregado”, lamentó Daniela Montiel, hermana de la filicida.
Según lo reseñado por el diario Panorama, los médicos del hospital fueron quienes dieron parte a las autoridades. Detuvieron a la mujer por el crimen y a su pareja por ocultar las agresiones que ésta le daba a la bebé.
Redacción Maduradas con información de Panorama.
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