Los habitantes de «La Invasión», un barrio situado en San Antonio del Táchira, frontera con Colombia donde la mayoría de sus habitantes son colombianos, viven hoy una situación sin precedentes, sus casas están siendo requisadas y marcadas para su posterior demolición, tras el estado de excepción declarado por el presidente Nicolás Maduro.
Los habitantes que aún no han migrado a Colombia, como muchos otros a través del río Táchira han optado por colocar pequeñas banderas de Venezuela en las puertas de sus casas, con la premisa de «Mostrar que estamos en paz, que acá no hay guerra», según relata una colombiana del sector Las Barinitas a la BBC, sin embargo, eso no ha surtido ningún efecto; las «D» siguen colocándose a diestra y siniestra.
«Pero ellos igual pasaron por encima de nuestras casas como si fueran animales», denuncia, con lágrimas en los ojos.
Desde que fue declarado el estado de excepción se puso en marcha una operación policial que ha incluido allanamientos sistemáticos
Tras el paso de los agentes, las residencias son marcadas con una letra: una «D», de demolición, o una «R», de revisión, según la información que manejan los vecinos.
En La Invasión, que se compone de cientos de ranchos en una húmeda sabana, viven miles de colombianos, muchos de ellos indocumentados.
Y era, según el gobierno de Nicolás Maduro, un centro de acopio y logística de mafias donde han arrestado decenas de paramilitares.
Maduro decidió cerrar la frontera y decretar estas zonas en estado de excepción con el objetivo declarado de acabar con el crimen y la escasez que se vive en Venezuela.
Y dice el presidente que hasta que no haya un «mínimo de respeto a la ley» no ve la posibilidad de abrirla.
Mientras tanto, los colombianos de La Invasión –sobre todo los indocumentados– están en proceso de volver, en algunos casos después de décadas, al país que los vio nacer.
Con información de BBC.