María Jesús Moreno Cantó, es una mujer nacida en Valencia, España, una enfermera de aspecto amable e inteligente que en el fondo ocultaba una vida oscura y despiadada.
Esta mujer de 30 años se hizo conocida en 2017, cuando apenas tenía 26 años, por orquestar un plan para acabar con la vida de su esposo, el ingeniero Antonio Navarro, de 36 años.
«Maje» fue encontrada culpable como incitadora del crimen de su esposo y condenada a 22 años de prisión luego de que su plan tuviera un cierre que ella no esperaba.
La mujer trabajaba como enfermera en el Hospital de Manises y una residencia de ancianos de Torrentón, siempre tomaba más guardias de trabajo, pero lo hacía para poder organizar citas con sus amantes, incluso lo hizo la noche anterior al crimen.
Maje tenía cuatro amantes a lo que veía con frecuencia, ninguno sabía de la existencia de los otros, incluso dos no sabían que ella estaba casada.
Uno de estos amantes era Salvador Rodríguez, un hombre 20 años mayor que ella; además estaban Tomás, un fisioterapeuta; José, un publicista; y Sergio, un guardia urbano de Barcelona, este último calificó a Maje como una «depredadora sexual».
Salvador se convirtió en una especie de esclavo voluntario de Maje quien caía rendido ante sus encantos sexuales.
Esta mujer había convencido a Salvador de que ella lo deseaba y que lo único que se convertía en un obstáculo entre ellos era su esposo; sin embargo, los motivos económicos estaban detrás de aquella idea.
Antonio, era un ingeniero titular de varios seguros de vida y accidentes que administrados por su esposa, lo que significa que ella recibiría una generosa suma de dinero por estas pólizas, además de su herencia y la pensión de viudez.
Finalmente Antonio fue asesinado en el estacionamiento de la calle Calamocha, del barrio de Patraix en Valencia, cuando iba a subir a su carro Peugeot 208 color blanco para ir a su trabajo, recibió seis puñaladas, cuatro directas en el corazón.
Maje le dio la llave del garaje a Salvador y la información sobre la hora de llegada de su esposo, el asesino había comprado un cuchillo con una hoja de 15 centímetros de longitud meses atrás. Salvador se escondió entre los vehículos, esperó a Antonio y lo atacó.
En 2018 la Policía logró atar cabos entre confesiones y mentiras y el 10 de enero detuvieron a la pareja de amantes. Uno de los detalles que permitió esclarecer el caso es que Maje y Antonio sostuvieron conversaciones telefónicas luego del crimen que los investigadores escuchaban.
Salvador confesó el crimen, pero exculpó a Maje; pero con el tiempo y ayuda de su familia pudo cambiar su postura.
Sin embargo, ella le enviaba cartas con otros presos haciéndole creer que su amor no podía ser impedido por la cárcel, hasta que se enteró que ella tenía una relación con otro preso.
Su hija también ayudó a convencerlo de contar la verdad. En noviembre Salvador pidió declarar ante el juez y expuso a su amante.
Redacción Maduradas con información de Clarín.
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