En el año 1994, Naren Daryanani destacaba como uno de los actores más populares en Colombia gracias al éxito de la serie «Padres e hijos». En ese mismo periodo, la joven cantante Shakira, proveniente de Barranquilla, empezaba a abrirse paso en su carrera musical.
Ambos fueron seleccionados por la revista TVyNovelas como parte de los famosos más atractivos del año y la conexión entre ellos se hizo evidente durante una sesión fotográfica en Aruba.
En ese entonces, surgieron expectativas de un posible romance entre Shakira, de 17 años y Naren. Durante el viaje, su afinidad y atracción mutua fueron notables, siendo capturados como la pareja del momento en las fotos. Sin embargo, al regresar a Bogotá, Naren sintió la presión de mantener una relación pública con una artista tan visible como Shakira.
Además de la presión mediática, la intervención de la madre de Shakira y la sensación de compromiso llevaron a Naren a rechazar la idea de un romance con la cantante. A pesar de los intentos de Shakira, la relación no prosperó como se esperaba y la prensa rosa atribuyó la falta de un romance a la negativa de Naren.
En el mismo año, la revista Aló dedicó una publicación a las promesas de la televisión y el entretenimiento colombiano, volviendo a reunir a Shakira y Daryanani en una editorial. Sin embargo, esta vez, la tensión entre ellos aumentó debido a la inclusión de la actriz Flora Martínez, quien competía por la atención de Naren.
Flora resultó ser más persuasiva en sus intenciones y su presencia creó tensiones entre Shakira y Naren. La cantante no se rindió y trató de impresionar a Naren enviándole una grabación de su primer álbum, «Pies descalzos».
A pesar de este gesto, la estrategia de Shakira no logró cautivar al esquivo galán, quien desapareció sin dar respuestas, influido no solo por los cortejos de la artista, sino también por la presión de la madre de Shakira, Nidia Ripoll.
Redacción Maduradas con información de Infobae
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