El medio de comunicación argentino Clarín accedió a los chats que sostuvo con su madre y hermana la joven venezolana violada por su jefe durante su primer día de trabajo.
Clarín
En las conversaciones, se comprueba que la chica estuvo trabajando asustada en todo momento, y que además, notificó como le fue posible el peligro que corría.
También, consta que, a pesar de la rápida actuación de la madre de la agraviada, de su hermana y de la policía, no se pudo evitar el reprochable desenlace que hoy indigna tanto a Venezuela como a Argentina.
A continuación, la cronología que hizo Clarín sobre los sucesos ocurridos el pasado 23 de enero
**13:52 p.m.: ¿Todo bien?”, le preguntó Thais a su hija, quien había ido a trabajar con recelo, después de los primeros intercambios vía WhatsApp con su jefe, en los que el individuo comenzó a hacer preguntas de tipo personal. Sin embargo, la necesidad económica hizo que la muchacha acudiera a trabajar, aunque con cautela y siempre bajo la supervisión de su madre.
La joven le respondió a su mamá con emojis de llanto: “Me quiero ir. Estoy muy asustada”.
**13:53- 13:54 p.m.» “Vente. ¿Qué pasó? Háblame ¿Y eso está abierto?”, preguntó la señora Thays Campos a su hija.
**13: 55 p.m. La muchacha respondió brevemente a su madre: «Lo cerró».
(Se sospecha que, en ese momento, el sujeto estaba bajando las persianas y poniendo el candado a la reja del negocio. En ese estado, la policía halló el local cuando intervino)
**14:02 p.m./14:13 p.m.: La madre, desesperada, insiste en hablar con la muchacha: «Hijaaaaaaaaa». No hay respuesta. Ya la chica había sido drogada con una sustancia que el individuo colocó en un vaso con agua.
**14: 15 p.m.: Linda, la hermana de la agraviada, escribe a su mamá para pedirle que vaya a buscar a la muchacha: «Maaaaa. Dijo (…) que la vayas a buscar porque el tipo ese le dio agua y después se sintió mareada”. Linda también reenvió a su madre el último mensaje que recibió de su hermana antes de que fuera ultrajada por el delincuente: “Y creo que el dueño de donde trabajo me drogó porque me siento (…) mareada”. A lo último a la joven le costaba escribir, sentía las manos adormecidas.
14: 23 p.m. Thays, madre de la muchacha abusada, avisa a la hermana de la joven que ya había notificado a la policía la irregularidad. «Llamé a la policía, voy”.
Pocos minutos después, la señora llegó a Paso 693 con agentes de la comisaría vecinal 3A de la Policía de la Ciudad. Los agentes llamaron varias veces a la puerta, entraron al local y encontraron a Garzón prácticamente infraganti.
La joven estaba tirada en una escalera. Estaba semidesnuda y seminconsciente. La sacaron del local en una silla de ruedas.
En menos de 30 minutos, el sujeto cometió el abominable acto. A pesar de todas las evidencias y pruebas que lo delatan, y que sugerirían que hasta planificó la vil acción, la jueza Karina Zucconi apenas lo imputó por “abuso sexual simple” y lo dejó en libertad.
Los chats entre la venezolana ultrajada en Argentina, su madre y su hermana
Redacción Maduradas con información de Clarín
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