El pasado 1° de mayo Jesús Ibarra, un joven de 19 años estudiante de Ingeniería en la Universidad Católica Andrés Bello, cayó al río Guaire luego tras ser impactado en la cabeza por una bomba lacrimógena, cuando se encontraba en una protesta antigubernamental.
Foto: El Cooperante.
Permaneció en el Hospital Doctor Domingo Luciani de El Llanito en un coma inducido. Ahora, a siete meses del suceso, sigue en recuperación. Su padre, José Ibarra, explicó que –con dificultad- el muchacho comienza a caminar.
Ha recuperado progresivamente la motricidad de la pierna: “lo que tiene medio paralizado es el brazo y el lenguaje, no pronuncia algunas palabras, tiene algunas disfasia en los músculos laterales derecho, no tiene negligencia mental ni discapacidad cognitiva”.
El equipo periodístico de El Cooperante se comunicó con Jesús y lograron constatar las dificultades que presenta para expresarse. Pese a esto, quiere continuar su carrera universitaria.
Por su parte, su madre, Glisbely González, quien milita en el Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv) frustró sus ilusiones de continuar estudiando. Los denunció ante la Fiscalía con el presunto objetivo de que su hijo sea declarado con insania mental y obtener un apartamento que está a nombre el muchacho, explicó el progenitor.
“Mi hijo y yo estamos huyendo por las mismas denuncias de su madre. Tengo una denuncia también en Fiscalía, ella quiere declarar a mi hijo, que es el dueño del apartamento, lo quiere declarar por insania mental para quedarse con el apartamento… Que se lo quede, pero que nos deje la vida en paz”, reprochó.
“Cada vez que él guarimbeaba lo botaba del apartamento. Todo el tiempo él ha sido guarimbero, y yo también soy guarimbero, los dos somos guarimberos y entonces esa es la causa de las denuncias, que nosotros somos dos guarimberos y estamos en contra del Gobierno”, contó el hombre al detallar que él y su hijo están escondidos tratando de conseguir la ayuda necesaria para salir del país y operar al muchacho, puesto que requiere una prótesis que cuesta 2.500 dólares, esto como consecuencia del golpe recibido en el cráneo con la bomba lacrimógena.
Sobre las denuncias, en medio de sus limitaciones, Jesús manifestó conmoción porque su propia madre es quien lo está denunciando y aseguró sentirse mal porque de ella solo ha recibido “coñazos”.
Redacción Maduradas con información de El Cooperante.
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