¡Insólito! Bandas delictivas también se ajustan a la crisis económica, familiares de víctimas tienen que pasar ahora por la pesadilla de pagar a los captores, en dólares. El Bolívar ya no es atractivo ni siquiera en cantidades descomunales, los criminales prefieren una buena cantidad en dólares.
Atrás quedaron las cuantiosas sumas en bolívares que exigían secuestradores a los familiares de víctimas en cautiverio. Hoy y aunque a algunos le pueda causar simpatía, la crisis llegó también a las bandas dedicadas al rapto de personas.
Y es que es relevante, tanto como alarmante, que en la Venezuela actual dichas bandas delictivas pidan divisas para liberar a sus rehenes, lo que asoma una mayor organización de los delincuentes, comparable con países como Colombia y México.
Ante la caída del bolívar como moneda, los delincuentes han optado por pedir exorbitantes sumas en dólares y euros en efectivo, esto en el único país de América Latina donde se mantiene un inflexible control de cambio desde hace más de una década y las divisas no se obtienen a la vuelta de la esquina.
El martes 3 de abril se llevó a cabo un operativo en la Cota 905 donde se incautó 250.000 dólares. La periodista Jenny Oropeza informó que el dinero provenía del pago de rescate de secuestros.
“Agarraron a mi esposa mientras manejaba hacia la Cota Mil. Cuando me llamaron lo primero que me pidieron fueron dólares”, este es el relato de Edison (nombre que utilizaremos por motivos de seguridad).
A este joven ingeniero, trabajador de una transnacional china, la economía le cambió luego que tuvo que pagar 10.000 dólares y dar un carro para recuperar a su esposa.
Suma que si se calcula a tasa Dicom, hoy estaría por alrededor 4.370.000 de bolívares, sin embargo para conseguirlos en efectivo es necesario duplicar al menos esta cantidad y recurrir al mercado negro.
Algo similar le ocurrió Alejandro, segundo socio de una pescadería en San Martín, por quien pidieron 7.000 dólares para liberarlo.
De esto no escapa nadie y no es exclusivo de la ciudad capital. Así lo refleja el caso de León José Cedeño Capriles, capitán de la Aviación, y su esposa, Ewellina Mazurkiewicz, quienes fueron secuestrados en Caucagua la semana pasada.
Tras 96 horas de cautiverio fueron liberados en Barlovento, sin embargo, los funcionarios del Comando Nacional Anti Extorsión y Secuestros (Conas) señalaron que a sus familiares les pidieron 100.000 dólares para liberarlos.
Dependerá del perfil de las víctimas la cantidad en divisas solicitada por la banda, convirtiendo así uno de los peores momentos familiares en una simple puja telefónica que le pone precio a la libertad.
“Los familiares de los rehenes juntan sus ahorros en dólares y euros en efectivo cuando el rescate no supera los diez mil dólares. Cuando piden más, los secuestradores acceden a negociar en bolívares”, detalló una fuente policial que dijo que hasta 70.000 dólares están pidiendo por rescate.
¿PARA QUÉ NECESITAN LAS DIVISAS?
Con el pacto de no agresión, en las conocidas “Zonas de Paz”, la delincuencia soporta un nuevo esquema de crimen organizado que se ha extendido a los largo y ancho del país. Esto les permite administrar sin conflicto ni intervenciones de los poderes de seguridad administrar el tráfico de droga, la extorsión y el secuestro.
Esto por la incursión a gran escala en el tráfico de drogas, lo que ha desatado desde finales de 2015 el afán de los delincuentes por obtener dólares, y a su vez aumentar el poderío bélico con armas de alto nivel.
Como explica Javier Mayorca, en su artículo “La mezcla perfecta”, la marihuana, y especialmente la cocaína no se comercian en bolívares.
“Es un mercado que se mueve en divisa estadounidense, desde que los paquetes entran por la frontera. Por cada 2500 dólares pagados en rescate por una persona o por la devolución de un vehículo, los grupos pueden adquirir un kilo de alcaloide de alta pureza. Una vez distribuidos en las calles de la capital pueden obtener el equivalente a 7500 dólares. El negocio es redondo”, comenta el periodista a la vez que alerta que las bandas de la Cota 905 y El Cementerio han entrado en una fase de “atomización”.
Con información de SUMARIUM