Las cifras del BCV muestran que el 15 de julio el tanque de reservas estaba en 15.684 millones de dólares, 1.508 millones de dólares más que el 2 de febrero de 1999, día en que Hugo Chávez asumió la Presidencia de la República.
De la bonanza petrolera poco queda. Los datos del Banco Central de Venezuela (BCV) indican que las reservas internacionales cerraron el 15 de julio en 15.684 millones de dólares, de los cuales la mayor porción se concentra en oro.
Giordani: “Presidente, todo céntimo por encima de esa cantidad guárdelo”.
Chávez: “¿Y qué quieres tú, que me tumben?”
Esa cantidad supone 8.570 millones de dólares menos con respecto a los 24.254 millones de dólares que había el 27 de febrero de este año. En menos de seis meses el Gobierno nacional ha consumido casi 9 mil millones del tanque de ahorros del país, propiciando su vertiginoso descenso pese a haber vendido activos, deuda con descuento o canjear una porción del oro por dinero efectivo, entre otras acciones a las que Jorge Giordani calificó como “raspando la olla” para “pagar la deuda, las medicinas y los alimentos” en la entrevista publicada en aporrea.org.
El nivel actual de reservas apenas representa 1.508 millones de dólares más a las reportadas por el BCV el 2 de febrero de 1999. El día que Hugo Chávez asumió el poder, las reservas internacionales sumaban 14.176 millones de dólares. Si la comparación se hiciera entre el 15 de julio de ese año y el 15 de julio de 2015, la diferencia sería de 1.461 millones de dólares porque hace exactamente 16 años estaban en 14.223 millones de dólares.
La magnitud de lo que eso significa se comprende al analizar los ingresos que tuvo la República durante la denominada Revolución Bolivariana. Entre 1999 y 2014 Venezuela recibió poco más de 1,2 billones de dólares entre la administración central, gobernaciones, alcaldías, Fonden y Pdvsa, tal y como registra el documento “Venezuela en cifras: nuestra transición al socialismo”, elaborado por el ministerio de Planificación.
Ese ingreso es casi seis veces mayor a los 224.946 millones de dólares administrados por la República entre 1983 y 1998, según el citado documento.
Dicho de otra forma. Tras percibir casi seis veces más dinero que durante los 15 años precedentes e implementar un control de cambio por más de 12 años, la “Revolución Bolivariana” consumió las reservas internacionales hasta llevarlas a un nivel similar al de finales de 1998 y comienzos de 1999, cuando Hugo Chávez arribó a Miraflores.
“Aunque lloviesen petrodólares y mucho dinero, igual sería como un alivio momentáneo, pero igual nos seguiríamos hundiendo un poco más allá en un pantano ético y moral”, expresó Chávez ese 2 de febrero de 1999 en su discurso de toma de posesión. Sus palabras resultaron proféticas.
El ex ministro de Industrias Básicas de Hugo Chávez, Víctor Álvarez, publicó ayer en el portal Finanzas Digital un artículo que en parte explica lo sucedido:
“Cuando los precios del oro negro son altos y la renta petrolera abunda, todos hemos disfrutado del festín petrolero, sin reclamarle al gobierno de turno la importancia de ahorrar recursos para encarar los tiempos de escasez. Pero cuando colapsan los precios del petróleo, los poco previsivos administradores de la renta dejan de gozar de tanta popularidad. Esa es la repetida historia de los gobiernos de la IV y V Repúblicas que, para defenderse, desenfundan su crítica a la cultura rentista, al cadivismo y la ninfomanía del dólar, sin llegar a reconocer la enorme responsabilidad que tienen sus propias políticas en la conformación de un imaginario que pretende vivir de ingresos que no son fruto del esfuerzo productivo ni de la inversión de recursos propios”.
El mentor económico de Chávez y también ex ministro de su gabinete, Jorge Giordani, en entrevista al portal contrapunto.com reveló algunas ideas sobre ese manejo de la renta petrolera a partir de 1999. “¿Tú sabes la primera medida que yo le recomendé al Presidente? El 2 de febrero de 1999, los precios petroleros estaban como a siete dólares: Presidente, todo céntimo por encima de esa cantidad, guárdelo. Entonces me dijo: ¿Y qué quieres tú, que me tumben? ¿Qué le dije?: mitad y mitad. Con eso tuvimos 6.300 millones de dólares en el FIEM. ¿Qué hubiera pasado en 2001 y 2002 si no se hubiese guardado eso? Pero era la angustia de este hombre, su angustia era ¿cómo ayudo yo a…? Bien o mal. Esa era una angustia vital de este caballero (Chávez)”.
Ante la pregunta de si no era “previsible” que los precios del petróleo bajarían en algún momento, Giordani afirmó: “Claro que sí. La primera medida que sugerí, ya lo dije: guarde todo lo que esté por encima. Todos los céntimos. Y esa fue siempre mi posición. Pero está también la tensión del ¿Quieres que me tumben?, la tensión entre las necesidades, la economía, la política”.
Esa “tensión” entre las necesidades, la economía y la política -a decir de Giordani-, explica que Venezuela se vaya quedando sin reservas internacionales luego de disfrutar la mayor bonanza de su historia.
Por Roberto Deniz / Konzapata.