Opositores al gobierno de Nicolás Maduro se enfrentan con miembros de la Policía Nacional Bolivariana el jueves pasado en el sector de Chacao, en Caracas, en medio de la crisis política que sacude al país.
El senador republicano por Florida, Marco Rubio, dijo el jueves en una reunión efectuada en Doral que en el Congreso de Estados Unidos se está formando un consenso que cruza las líneas partidistas para ayudar a millones de venezolanos que sufren la represión.
Rubio expresó que “cada día hay individuos que están sufriendo a manos del gobierno, a manos de estos colectivos, que realmente son organizaciones paramilitares al estilo cubano que son utilizados para oprimir a un pueblo”.
En el Senado se prepara un proyecto de ley para sancionar a personas involucradas en la represión en Venezuela. Se espera que el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, cuando se reúna dentro de unas dos semanas, analice la situación en Venezuela.
El diálogo iniciado el 10 de abril entre el gobierno de Nicolás Maduro y dirigentes de la oposición hasta ahora no ha producido resultados tangibles. El gobierno ha dicho que no dará marcha atrás al proyecto del Socialismo del Siglo XXI implementado por el difunto Hugo Chávez. Solo que ese proyecto ya no cuenta con el respaldo de la mayoría de la población venezolana.
El alto índice de crímenes, el desabastecimiento en mercados y tiendas, y el asedio a la empresa privada han generado un visible descontento en Venezuela. Ese malestar estalló en febrero, cuando los estudiantes se lanzaron a la calle en Caracas y otras ciudades, movimiento al que se sumaron inmediatamente legiones de oponentes al rumbo que ha tomado el país sudamericano.
A los males que desde hace tiempo devastan la vida cotidiana en Venezuela hay que agregar la represión con que el gobierno ha respondido a las manifestaciones, la censura de los medios, y el encarcelamiento de disidentes y líderes opositores, entre ellos Leopoldo López, que el viernes pasado cumplió dos meses de prisión sin que lo hayan sometido a juicio.
Los abusos contra la población venezolana deben parar. El gobierno de Estados Unidos puede ejercer su peso político para contribuir a ese fin. Washington puede implementar sanciones para congelar los fondos en territorio norteamericano de individuos vinculados al chavismo que han participado en la represión de los manifestantes.
El derecho de la gente a expresar pacíficamente su descontento con el rumbo del gobierno, ni en Venezuela ni en ninguna parte, se debe reprimir. Hay que presionar al régimen de Caracas para lograr el fin de la represión y la libertad de los encarcelados por protestar.
EFE