El presidente Nicolás Maduro sigue desconectado de la realidad venezolana. 300.000 o 400.000 dólares, esa es la abrupta cantidad de dinero que él y su extensa e innecesaria comitiva pudo haber gastado en su más reciente viaje a Jamaica y posteriormente a Trinidad y Tobago. La pregunta que se hacen los venezolanos es ¿Cuánta comida y cuántos medicamentos se pudo haber comprado con eso?
Los verdaderos resultados del viaje del presidente Nicolás Maduro a Jamaica y a Trinidad y Tobago se verán mucho antes de que se concreten los acuerdos e intenciones firmados ante las cámaras. Se conocerán cuando el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos se reúna, en las próximas semanas, para debatir sobre la aplicación o no de la Carta Democrática a Venezuela.
En ello coinciden el diputado Carlos Berrizbeitia (Proyecto Venezuela) y el politólogo y profesor universitario Carlos Luna.
Berrizbeitia, a su vez, afirmó que el viaje pudo haber costado por encima de 300.000 y 400.000 dólares y que la comitiva presidencial estuvo integrada por alrededor de 60 personas, entre altos funcionarios, seguridad y medios de comunicación públicos.
«No vemos justificación de usar el avión presidencial cuyo costo de vuelo es muy alto para ir a unas islas tan cercanas. Se pudo mover en otro avión menos costoso. El viaje completo podría estar sobre los 300.000 y 400.000 dólares entre el despegue, viaje y aterrizaje -por tratarse de un vuelo corto es más costoso-, el hospedaje, comida, viáticos, combustible y transmisión satelital hacia Venezuela», dijo.
Objetivo comprar votos. Tanto Berrizbeitia como Luna afirman que el objetivo de la visita presidencial fue asegurar los votos de los países Caricom-Petrocaribe para apoyar a Venezuela en la inminente reunión de la OEA que fue anunciada por su secretario general, Luis Almagro.
Maduro ofreció comprar alimentos a Trinidad y Tobago por 50 millones de dólares de forma rotativa, aunque no se precisó la fecha de inicio del plan; se firmó un acta de aprobación de la estructura de operaciones del campo gasífero conjunto Loran-Manatee; se firmó un memorándum de entendimiento para estudiar la viabilidad del suministro de gas a Trinidad, y se acordó combatir las mafias del narcotráfico. Con Jamaica se comprometió a lograr un acuerdo expedito para el crecimiento de la refinería Petrojam Limited; suscribir nuevos acuerdos de gas; mejorar el comercio a través de Petrocaribe y aumentar la cooperación del Sistema de Orquestas Infantiles.
«Los venezolanos no obtenemos ningún beneficio de estos convenios. No hay generación de empleo en el país ni se estimulará la producción interna. Ni Jamaica ni Trinidad pondrán ni un dólar. Además, la compra de alimentos no se sabe bajo qué condiciones será. Maduro fue con una chequera desgastada a tratar de usar geopolíticamente el poder del petróleo, como lo han usado él y Chávez, para intentar satisfacer algunas demandas a las puertas de una votación en la OEA. Es un viaje político», afirmó Berrizbeitia.
Luna explicó que las visitas no fueron casuales: Jamaica es la cabeza del bloque de países del Caribe y su influencia es importante porque lidera a más de una docena de naciones que también votan en la OEA. Destacó que Obama visitó Jamaica dos veces el año pasado y llevó propuestas de desarrollo de energías alternativas al petróleo que le permitirían romper el bloque geopolítico creado por Chávez en torno a Petrocaribe.
Señaló que Trinidad y Tobago es el vecino con el que Venezuela comparte una zona económica exclusiva muy grande y que ha querido ampliar su zona de influencia a partir de sus intereses en materia pesquera. Sostuvo que Maduro fue a Trinidad «para evitar que se le salga de la redes», pues la relación con ese país es un asunto de seguridad de Estado.
«Sin duda alguna, en línea con la naturaleza del régimen, la visita tuvo una intención política de incidir directamente para lograr el objetivo de mantenerse en el poder», indicó Luna.
Berrizbeitia, su vez, denunció que los convenios firmados no pasaron por el control de la Asamblea Nacional. «No es posible que aquí se firmen convenios que comprometen recursos de la República sin que lo sepa el pueblo».