«Los siete pranes que tienen controlada la zona no fueron capturados ni tampoco figuran entre los muertos. Ellos sabían del procedimiento. Fueron dateados por los mismos efectivos y el domingo se marcharon, pero en unos días volverán y continuarán sus operaciones. Aquí hay una banda que está integrada por policías. Estamos desprotegidos», así lo expresó un vecino de la Cota 905 que no quiso identificarse por temor a represalias.
Poco tránsito de personas y de vehículos, así como algunos locales abiertos, se observan en las calles de la Cota 905. A diferencia del lunes que los sectores fueron tomados por más de 250 funcionarios de seguridad, en las vías de las barriadas durante estos dos últimos días no hay un solo efectivo. Solo se mantienen las alcabalas de la Guardia Nacional por la avenida Páez de El Paraíso.
El temor continúa marcando el día a día de los habitantes. Algunos se asomaban tímidamente y señalaban las casas donde entraron los funcionarios durante la Operación Liberación y Rescate del Pueblos que se extendió por más de 12 horas.
«Esto fue un paño de agua tibia. Con ese operativo el hampa no va a cesar. No tenemos esperanza de recobrar la tranquilidad perdida desde hace cinco años. En este tiempo no hemos podido dormir porque los tiroteos son todos los días», relató Luis Ernesto González, habitante del sector Las Brisas del Paraíso de la Cota 905.
El nivel de angustia que viven las familias es de tal magnitud que según González, el ruido que hacen los gatos cuando trepan los techos de las casas, los confunden con las pisadas de los integrantes de las bandas de «el Coqui» y de los «Zanjoneros», quienes se meten en las viviendas, mantienen a las familias secuestradas y las desvalijan. Circulan con fusiles de asaltos y granadas en motos por las calles del barrio para amedrentar a la gente y lo han logrado.
«Ellos dominan los cuatro kilómetros que integran la zona, se paran en las escaleras y cobran hasta 200 bolívares para permitirles el paso a los vecinos, a quienes les roban los vehículos les piden entre 200 y 400 mil bolívares por el rescate. Si el propietario a la semana no lo va a buscar, lo llaman y le dicen que si no les da el dinero lo matan «o quiebran a algún otro miembro del grupo familiar».
En el último año 16 funcionarios policiales se han mudado a otras zonas. «Tu sabes que vamos por ellos, si no se largan, los matamos». Eso es lo que les dicen a los allegados de los efectivos porque esa es una zona de paz y allí los uniformados no tienen cabida. «Los cinco policaracas que intentaron ingresar semanas atrás lo pagaron caro. Casi les cuesta la vida porque fueron sacados a tiros».
Para González no existen grupos paramilitares. «Si hay colombianos, ecuatorianos y peruanos. Algunos cedulados por el gobierno otros indocumentados que han tomado la parte alta del barrio para que la policía no los capture. Ellos se mudan en pareja».
Con información de El Universal.