Jorge Pirela tenía zapatos, pantalón y camisa húmedos. El pelo, igual. Estaba en la puerta del supermercado Bicentenario de Alta Vista en la tarde de este lunes y deambulaba con una idea entre ceja y ceja: comprar leche.
Tan entre ceja y ceja que, estoico, permaneció en la lluvia para no perder su puesto en la cola. Llegó en la mañana y fue a las 4:00 de la tarde cuando pudo entrar.
La lluvia no fue lo único que alteró (más) la jornada: más temprano hubo un intento de saqueo debido a la desesperación de los compradores. Pero todo quedó en eso: un intento.
La cola continuó. Y después llegó la lluvia. “Esto es un problema serio. Venezuela era un palacio. En la cuarta república robaban pero había de todo”, dijo Pirela, un boliviano con 34 años en el país.
“Nos cayó ese palo de agua”
Afuera, minutos después de la lluvia, y con un sol despejado, los compradores seguían en la cola. “Primo, esto es horroroso, desgarrador, triste. Lo que estamos viviendo es la realidad, mi compadre. Tengo dos semanas buscando para comprar arroz y no consigo. Yo le dije a la cajera: hija, ve, ¿cómo es posible que yo con dos harinas voy a comer ocho días, donde hay siete, ochos personas?”, se quejaba uno de los compradores en la cola.
El desorden se acentuó con las primeras gotas. Algunos optaron por refugiarse en el Centro Comercial Zulia pero los trabajadores del abasto cerraron los portones. Otros, pasara lo que pasara, optaron por permanecer en la cola.
Carmen Vidal, quien todos los días se traslada desde Villa Jade dijo que, a pesar del aguacero, prefirió no moverse para no perder el puesto en la cola.
“Me duele la cabeza pero, ¿qué hace uno? La necesidad tiene cara de perro. Tengo que hacer mi cola pues”.
Al final del recorrido, Pirela seguía esperando para entrar. Pidió hablar nuevamente para la grabación. Y sólo para un inciso: “esto va a cambiar el 6 de diciembre. Si no, Venezuela se va… lo que pasa es que este gobierno lo está.
Información de: Correo del Caroní.