¡Nadie se salva! El racionamiento llegó a la Asamblea Nacional (AN), donde sus trabajadores disminuirán su jornada laboral a cinco horas y media durante solo tres días a la semana.
A partir de este lunes 1° de marzo los empleados de las oficinas administrativas de la AN empezaron a laborar en nuevo horario, desde las 8:00 de la mañana hasta la 1:30 de la tarde, sumándose al resto de instituciones públicas bajo la instrucción de apegarse al “plan de consumo racional de la energía eléctrica”.
Foto: La Patilla
Tanto el edificio de la sede de Pajaritos –sede administrativa del Poder Judicial– como el Palacio Legislativo deben acatar la medida, exceptuando los días en los que sesionan, luego de recibir una comunicación de la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec). De esta forma, el Palacio funcionará martes y jueves durante las plenarias, mientras Pajaritos lo hará durante las sesiones en comisiones, que suelen ser matutinas; informaron trabajadores.
De acuerdo a la Gaceta Oficial publicada el viernes 26 de febrero, la cual activa La Comisión Presidencial del Estado Mayor Eléctrico, “todos los órganos y entes de la Administración Pública Nacional deben ejecutar planes para reducir en al menos un 30% su consumo eléctrico”, incluyendo el Parlamento.
Pese a que el documento no detalla hasta cuándo estará en vigor el racionamiento, el ministro de Energía, mayor general Luis Motta Domínguez, ha dicho que las medidas de racionamiento –que también incluyen cortes de agua– se prolongarán por al menos 60 días, reseñó El Pitazo.
Inicialmente, el plan fue aplicado sobre el sector privado (centros comerciales, hoteles, comercios e industrias), los cuales se vieron obligados a operar bajo su propia autogeneración eléctrica entre 12:00 m–2:00 pm y 6:00–10:00 pm y, en caso de no contar con planta eléctrica, disminuir en esos horarios el consumo cerrando sus puertas.
Ante la ineficiencia más de lo mismo, es la premisa del Gobierno, que si lo que busca es ahorrar electricidad debería racionar la energía en Miraflores, donde hace rato no se les prende el bombillo con una buena idea.