En tiempos de elecciones, cualquier propuesta es buena para sacar votos. Llega el momento de prometer para luego no cumplir, y de ofrecer soluciones «rápidas» que de haberse implementado con tiempo, no se necesitarían para «comprar» los votos que la misma población daría.
En Guayana, el gobernador Francisco Rangel Gómez inauguró los trabajos de construcción del desarrollo habitacional Corazón del Caroní, donde pretende albergar a 260 familias de los trabajadores de las empresas básicas de aluminio del estado.
Este complejo residencial, afirma el mandatario regional, es parte de las 2 mil 542 viviendas que forman parte de la Gran Misión Vivienda Obrera.
El acto estuvo marcado por referencias a la ideología socialista, además de un claro proselitismo hacia el candidato del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) por el circuito 2 del estado Bolívar, Ángel Marcano, presidente de Alcasa y de la Corporación del Aluminio.
A pesar de lo que estipula el artículo 13 de la Ley contra la Corrupción: que los funcionarios públicos están al servicio del Estado y no de una parcialidad política, por tanto no se puede “destinar el uso de bienes públicos para favorecer partidos o proyectos políticos”.
El proselitismo del miércoles sucedió en las primarias del PSUV y también el 13 de agosto en un acto de entrega de pensiones: la diputada aspirante a la reelección en Caroní, Liris Sol Velásquez, instruyó entonces: “Recuerden que el 6 de diciembre nadie se puede quedar sin votar. Más allá de esto, necesitamos la mayoría de la Asamblea Nacional para que podamos seguir teniendo beneficios como éste”. Marcano también estuvo en ese acto.
Con información de La Patilla.