Dos meses después de registrarse un tiroteo que dejó nueve muertos en la urbanización Lomas de Guadalupe de Ocumare del Tuy, ayer se produjo un episodio similar. Tres personas fueron asesinadas a tiros dentro de uno de los urbanismos de Gran Misión Vivienda Venezuela (Gmvv) en Ocumare del Tuy, estado Miranda, reseña El Universal.
Diez hombres vestidos con chalecos y prendas militares portando armas largas y cortas y a bordo de dos carros, asesinaron a Jhonny Jesús, Richard Mojoboy, y Germín Bolívar, en el estacionamiento de la torre 17 de “Lomas de La Guadalupe”.
El suceso -según periodistas de sucesos- estaría ligado a la riña entre bandas criminales.
A las 1:30p.m. de este viernes unos sujetos que viajaban en un vehículo Fiat Palio de color verde ingresaron a la urbanización, perteneciente a la Gran Misión Vivienda Venezuela. El automóvil se detuvo frente a un edificio de la primera etapa y desde allí los hombres, ataviados con chalecos antibalas y uniformes militares dispararon contra un grupo de obreros que fungían como dirigentes sindicales.
Uno de los fallecidos fue identificado como Yhonaider Jesús Trejo Vargas (23), quien vivía en la primera etapa Lomas de Guadalupe. Otro de los caídos era un sujeto, apodado «el Goajiro» y el tercer muerto no tenía documentos de identidad. Su edad oscila entre 20 y 25 años.
En el hecho otras dos personas resultaron heridas. José Manuel Lara Arvelo (39), trabajador de esas obras y un hombre, cuya identidad se desconoce. Este último fue trasladado al hospital Simón Bolívar de Ocumare del Tuy y de allí lo refirieron a un centro asistencial de Caracas. Tenía un disparo en la cabeza.
Funcionarios de la Guardia Nacional y del Cuerpo de Investigaciones, Científicas, Penales y Criminalísticas practicaron allanamientos en los apartamentos del conjunto residencial. En uno de los inmuebles de la Torre A, hallaron una escopeta, calibre 12 y dos equipos de radio transmisión. En la vivienda no había mobiliarios. Los funcionarios presumen que los antisociales lo usaban como guarida.
Haydée Castillo, vecina de la torre A de la urbanización, manifestó que por segunda vez vivió una escena de terror en ese lugar. «Estaba preparando el almuerzo y escuché unas detonaciones. Mis hijos se metieron debajo de la cama y no paraban de llorar. También subí en la habitación y me eché al piso a esperar que el tiroteo cesara. Cuando me levanté vi a un grupo de vecinos y a los obreros en el piso desangrados», explicó la mujer.
Castillo no ha tenido paz desde hace dos meses, cuando nueve hombres fueron asesinados en una fiesta celebrada en uno de los apartamentos de la planta baja de la torre A de Lomas de Guadalupe. «Después de ese hecho contacté a los representantes de Corpomiranda, quienes asignaron los apartamentos para que me reubicaran en otro sitio más seguro, pero no he recibido respuesta».