Durante todo el 2015 el Banco Central de Venezuela no ha presentado las cifras económicas del país; desde el 2014 no se conoce cuál es la inflación oficial (que según el último informe presentado por el ente, cerró en 68.5%). Venezuela vive dentro de un oscurantismo económico propiciado por el principal ente financiero del país que ciertamente impide la planificación de inversiones, puesto que no sabe sobre que «suelo» se está parado.
El economista y profesor universitario Juan Plaja, así lo afirmó para Diario Las Américas: “Sobre la economía venezolana se encuentra una gran nube negra que mantiene a sus ciudadanos y a las empresas bajo la inquietud y la angustia perenne, debido a la falta de transparencia del Banco Central de Venezuela en relación a los índices económicos”.
Venezuela se ha visto afectada por la falta de publicación de los índices económicos por parte del Banco Central de Venezuela (BCV), quien debería cumplir con lo establecido en la Constitución en su Artículo 141, el cual obliga al ente encargado a rendir cuentas de lo público.
Ante esto, Plaja afirmó que la actitud que mantiene el BCV se mantiene en el margen de la ilegalidad ante la Carta Magna y sus propias leyes. Por ende, advirtió que en materia de economía existe una gran cantidad de opiniones y especulaciones sobre lo que ocurre en el país, que no permiten planificar el destino global de las finanzas.
Insistió que la opacidad que sostiene el BCV sobre los datos económicos limita a los empresarios a que puedan planificar sus inversiones en el país, lo cual afecta al desarrollo interno y externo de la nación. En este sentido, catalogó al mayor ente bancario de “negligente” en su proceder.
La opinión del experto coincide con la denuncia realizada por la organización Espacio Público, que en un comunicado señaló que “la falta de información favorece la persistencia de un contexto de depreciación de la moneda nacional, inseguridad jurídica al máximo nivel e imposibilita cualquier iniciativa de reimpulso y/o crecimiento económico en el país”.
La careta internacional
Para el economista Plaja, el gobierno venezolano ha mantenido una especie de “doble discurso” con el que se intenta seguir conquistando el ámbito internacional y dando a entender que la economía venezolana está pasando por un excelente momento; pero “es más que claro que la renta petrolera no se está distribuyendo y no hay producción nacional”.
Sin embargo, dijo que el Banco Central de Venezuela “debe estar consciente que su falta de transparencia afecta tanto a los agentes internos como externos porque impide la inversión extranjera”.
“El país se nos está yendo de las manos –continuó- y el venezolano vive al margen del día a día. No hay posibilidad de ahorro, no le alcanza el dinero ni puede adquirir bienes y servicios de calidad”, criticó.
Otra óptica
Andrés Giussepe Ávalo, especialista en Política y Comercio Petrolero Internacional y economista de la Universidad Central de Venezuela, defiende la tesis del Gobierno sobre la “guerra económica”, aunque reconoce el error que se comete al no publicar cifras oficiales. A su juicio los únicos datos que poseen credibilidad en cuanto a la economía nacional son los que aporta el Banco Central de Venezuela. “Sin embargo, en esta “guerra económica existen otros personajes que intentan incidir en las finanzas del país con intenciones terroristas”.
El economista reconoce que no publicar los datos como lo establece la Constitución es ilegal, pero defiende tal práctica porque considera que “es casi imposible tener esa información a tiempo por la volatilidad de los precios, el desabastecimiento y la escasez que produce la conspiración permanente por parte del imperio, lo cual genera una distorsión constante”.
Giussepe Ávalo aseguró que plataformas digitales, como las que publican precios del dólar paralelo, presentan un modelo económico que incide sobre la decisión de los empresarios. Sin embargo, “el presidente Nicolás Maduro ha sabido manejar estos temas con responsabilidad y, gracias a esto, sabemos que no estamos en una crisis terminal, como nos quieren hacer ver”.
Bajo este contexto, exhortó a los inversionistas nacionales e internacionales a “tener confianza” en los datos que emite el BCV porque “allí sí están los profesionales que conocen de la realidad del país”.
Violando la Constitución
Para la ONG, Espacio Público, “la falta de información oficial solo reproduce una fuente de incertidumbre y empeora la toma de decisiones en los planos gubernamental y privado, según reconocen los Principios Fundamentales de las Estadísticas Oficiales de Naciones Unidas, y las Normas Especiales para la Divulgación de Datos del Fondo Monetario Internacional, ambos documentos internacionales suscritos por Venezuela”.
“La ausencia de la información oficial sobre inflación afectan los derechos humanos de las personas. La política de opacidad que sostiene el BCV niega de modo recurrente el derecho al acceso a la información, establecidos en los artículos 51 y 143 de la Constitución y continua impidiendo el derecho de contraloría ciudadana sobre el ejercicio del poder público, establecidos en el artículo 62 de la CRBV”, argumentaron en un comunicado publicado recientemente.
Lo que no se sabe
-El BCV no ha publicado la inflación en todo el 2015.
-El índice de escasez no se publica desde enero de 2014.
-El comportamiento de la economía y la balanza de pagos tienen tres trimestres sin informarse.
-Desde diciembre de 2013 no se dan los índices de precios de los productos controlados y no controlados, los precios de los productos agrícolas, los precios al mayor, los precios a la construcción y la inflación por estratos.
-Los índices de ventas, volumen, valor y precios y producción física no se actualizan desde septiembre de 2013.
-El instituto emisor ya lleva cuatro meses sin precisar el financiamiento del Banco Central a las empresas del Estado.
-Desde junio de 2012 el BCV no publica el boletín mensual, que detalla los índices de precios y la gestión financiera del Gobierno central.
-En 2013 y 2014 el instituto emisor no entregó los informes económicos.
Con información de Diario Las Américas.